Miriam Blasco, que siendo senadora del PP votó en 2005 contra el matrimonio igualitario, hace público que está casada con otra mujer
Miriam Blasco es noticia estos días porque se acaba de saber que se casó con la luchadora a la que le ganó el Oro en Barcelona ’92. Pero pocos se acuerdan de que Blasco se hizo después senadora del PP y votó en contra del matrimonio igualitario.
Numerosos medios recogen hoy la noticia de que Miriam Blasco, ganadora de un oro olímpico en Barcelona (judo femenino, categoría -56 kg.), está casada desde hace más de un año con Nicola Fairbrother, la británica que fuera su rival en la final olímpica y de la que es pareja desde hace 22 años. Así se lo revelaba Blasco a Maria Escario en Televisión Española. Lo que esos mismos medios obvian es que el de Blasco, que tras su carrera deportiva se dedicó a la política y fue senadora del Partido Popular, fue uno de los 131 votos que el 22 de junio de 2005 respaldaron el veto a la ley de matrimonio igualitario aprobada semanas antes por el Congreso, y que la Cámara baja se vio obligada a levantar por mayoría absoluta el 30 de junio.
El veto del Senado a la ley de matrimonio igualitario fue aprobado por 131 votos frente a 119. Votaron a favor los 126 senadores del PP, entre los que se encontraba Blasco, además de cuatro senadores de Unió Democràtica de Catalunya y uno del Partido Aragonés. Enfrente, 119 votaron en contra. Hubo 2 abstenciones y 7 ausencias (ninguna del PP). La votación tuvo lugar después de un debate en el que destacaron muy especialmente los argumentos homófobos de Rosa Vindel, la portavoz del PP, quien por cierto continúa siendo senadora doce años después. Cualquiera puede consultar lo que pasó en el Diario de Sesiones de aquel día, aunque en 2016, coincidiendo con el 11º aniversario del veto, hicimos un extracto del argumentario popular.
Pero como aperitivo, dijeron los del PP fue que habría que buscar otro nombre “más pacífico y menos controvertido y más acorde con nuestro entendimiento y con los de nuestro entorno“. O que había que vetar la ley del matrimonio y buscar otra fórmula que no hiriera las “sensibilidades ni convicciones personales” de algunas personas. También dijeron que el matrimonio era una cosa exclusivamente heterosexual, que el matrimonio heterosexual debía tener ciertos privilegios sobre el homosexual o que “ni el adoptado ni la adopción pueden ser instrumento de legitimación u homologación de relaciones homosexuales.”
Pues a todas esas cosas tan bonitas y tan poco homófobas Miriam Blasco votó que sí. Y quiso que se vetara la ley del matrimonio igualitario. Y evidentemente estuvo de acuerdo con el recurso ante el Tribunal Constitucional que Mariano Rajoy plantó a la ley cuando ese veto se eliminó poco después en el Congreso por mayoría absoluta.
El Congreso de los Diputados levantó el veto una semana después. Han pasado doce años y unas 40.000 parejas del mismo sexo han contraído matrimonio, ejerciendo el derecho al que el PP quiso impedirnos acceder (junto al de la adopción conjunta, no lo olvidemos: el hecho de que el matrimonio igualitario abriese la puerta a la adopción homoparental plena era el “cuarto motivo de inconstitucionalidad” que los populares argumentaron en su recurso al Tribunal Constitucional). Uno de esos matrimonios, por lo que ahora hemos sabido, es el de Blasco, una de las 126 senadoras que el 22 de junio de 2005, y cuando su pareja sentimental era ya otra mujer, votó en contra de la ley que lo hizo posible.
Nos alegramos de que Miriam Blasco sea feliz con su pareja y haya dado por fin el paso de visibilizarse. Su historia de amor es desde luego de cine, aunque muchos pensarán que su historia de hipocresía no se queda atrás. Le deseamos, en cualquier caso, todo lo mejor.
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