Todos los domingos
Es gordo y serio. El juez me obliga a ir a visitar a mi madre “x” días a la semana. Algo no funciona. Y no funciona fundamentalmente el amor.
De siempre me ha resultado muy preocupante el que la Iglesia haya puesto como mandamiento y obligación el “oír misa entera todos los domingos y fiestas de guardar”. Ya en principio, chirria eso de “oír”. Preferiría “celebrar”. Y el tenerlo que hacer ciertos días por obligación, indica que algo no funciona en nuestra fe, en nuestra vivencia de Jesús Resucitado, en nuestro sentido de comunidad. Si realmente estoy enamorado de Jesús, no hace falta que me lo manden, sino que espontáneamente acudiré y participaré con la comunidad en “el recuerdo de Jesús” y en su vivir su presencia.
Y ¿eso de entera? ¿Es que se puede “cumplir” estando solo en la consagración?
En esta línea, me extraña enormemente el que nos obliguen a comulgar por lo menos en “Pascua Florida”. ¿Es que estamos en otoño o en invierno lo restante del año? No entiendo una eucaristía sin participar en la comunión “Tomad y comed todos”. Es una celebración gozosa y en ella no puede faltar ninguna parte esencial.
Se ha metido la idea de que hay que confesarse antes de comulgar, pero yo creo que es más la idea de “cumplir”, de “oír” lo que nos penetra y así nos quedamos viendo y oyendo: “Ya hemos cumplido”.
Es cierto que si todos hiciésemos caso, tendríamos unas celebraciones de toda la comunidad. Pero, dado el giro y la evolución de la sociedad, ¿no sería preferible el fomentar que cada día sea una celebración viva sin esperar al domingo?
Porque los niños están el fin de semana con los deportes y los padres con las salidas fuera. Una misa entre semana, bien vivida, ¿no podría ser el futuro? Es más, cuando cada vez va a haber menos eucaristías los domingos por falta de clero?
Avancemos más hacia la celebración aunque perdamos la obligación. Todo esto me surge al ver que vamos perdiendo la fe y dejando la costumbre y esa también la olvidamos.
Es preciso preparar mejor las eucaristías, más vivas, más participadas, más comunitarias. Y eso irá creando sentido de celebración gozosa caminaremos hacia la celebración de la primitiva comunidad
Es curioso eso de “fiestas de guardar”, porque se van cambiando y haciendo laborables, fiestas que antes se celebraban religiosamente.
Cuando la sociedad avanza hacia la secularización, podemos trabajar ese día pero a la vez celebrar la Eucaristía… Y no con menor devoción. Porque hay un aspecto del Misterio de Jesús que celebrar… Y sin duda, es más importante ese Misterio que la fecha del calendario.
Lo importante, me parece, es que nuestras eucaristías sean vivas, participativas, asamblearias. Que salgamos todos entusiasmados a continuar nuestra misión de cristianos que nos ha propuesto la Palabra de Dios.
Gerardo Villar
Fuente Fe Adulta
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