El miedo del hombre blanco heterosexual
Por Susana
Sin ser socióloga, ni nada que se le parezca, hay algunas cosas del comportamiento humano que me fascinan. Debo reconocer que en este sentido estamos viviendo unos tiempos convulsos a la par que interesantes. El estereotipo más interesante para analizar en estos momentos es el del privilegiado: el hombre blanco heterosexual.
He sufrido discriminaciones tanto por ser lesbiana como por ser mujer y esto es algo que, aunque lucho para que no ocurra, doy por hecho que seguirá sucediendo, porque la mentalidad de la sociedad no se cambia de la noche a la mañana.
Debo admitir que son dos campos en los que hemos avanzado mucho en los últimos años. Hoy se dan situaciones que no podría haber vivido hace unos años como: ser abiertamente lesbiana en el trabajo, o que muchos hombres sean conscientes que existen los micromachismos e intenten evitarlos.
Estos pequeños avances tienen una “víctima”: el hombre blanco heterosexual.
Y les llamo víctimas porque ellos lo viven así. No lo sufren todos, ni mucho menos, porque como todos los demás grupos no son homogéneos. Pero existe una corriente de hombres que está viviendo los avances del colectivo gay y del feminismo como un ataque a su persona y así lo expresan públicamente.
Se trata de personas acostumbradas al privilegio. Ellos tenían un estatus social que les venía de nacimiento. Conseguían los mejores puestos de trabajo y el mejor trato sólo por ser hombres de raza blanca no amanerados. De un plumazo se quitaban de encima más del 60% de la competencia y sólo se medían con sus iguales.
Ahora se les ha hecho notar que las mujeres y las personas LGBTI son iguales que ellos y que también son sus contendientes para alcanzar el privilegio y que este privilegio ya no se les supone sólo por ser hombres blancos heterosexuales. Si a esto le sumamos un período de durísima crisis económica, la situación se ve agravada.
Evidentemente no es exactamente así en todos los casos. La erradicación de este privilegio no la sufren todos, ni todos ellos la han encajado mal, pero el miedo flota en el aire.
Insisto: Si hay día del orgullo gay, por qué no puede haber “día del orgullo Hetero”? #DiaDelOrgulloHetero
— Ricardo Puentes M. (@ricardopuentesm) 3 de julio de 2017
Los que más sufren esta pérdida se retratan a sí mismos con cosas como pedir un Orgullo Hetero, pero aunque parezcan pocos los que vocalizan públicamente su malestar, miedo y preocupación, son muchos los que se sienten así. Las victorias electorales del Brexit o Trump son muestras efectivas de que el miedo del hombre blanco heterosexual está masificado ya que han ganado sus votos con discursos de homofóbia, machismo y xenofóbia.
La masculinidad, como privilegio está perdiendo puestos y esto nos lleva al fin de una era. A un punto en el que los hombres perderán su hegemonía y deberán compartirla con mujeres, homosexuales y gentes de otras razas. Se tendrán que acostumbrar, tendrán que aprender a competir como iguales. Por el camino habrá hombres y masculinidades que sufrirán, porque han sido educados en el privilegio y nadie les ha dado los recursos para poder afrontar esta pérdida.
Van a ser tiempos convulsos y de reestructuración de la sociedad en la que vamos a tener un problema grave con la gestión de la masculinidad del hombre blanco heterosexual.
Muchos ganamos con la igualdad, pero esto significa que alguien pierde su privilegio y el perdedor no va a querer encajar esta pérdida. Por esto el hombre blanco heterosexual tiene miedo de lo que se le viene.
Fuente AmbienteG
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