El Orgullo siempre será un instrumento de visibilidad para erradicar la homofobia, la transfobia y la bifobia.

Hoy saldremos miles de personas a manifestarnos en nuestro Orgullo. Será una convocatoria bastante festiva, porque esa es nuestra forma más propia de manifestarnos, y habrá, como siempre, quien eche de menos un poco más de desfile, y quienes creamos que resulta necesaria un mucho más de reivindicación. Habrá lesbianas, bisexuales, transexuales y, por supuesto, cientos de varones gais, que si bien somos la mayoría de nuestra común minoría sabemos -o deberíamos saber- que el Orgullo no es solo nuestro; que no es el Orgullo Gay, sino el Orgullo -al menos- LGTB.

Se han ido sumando letras, detrás de las que hay quienes reivindican identidades concretas. Y serán muchas más las que se incorporen, hasta conseguir que todas y cada una de las personas no heterosexuales se sientan representadas por nuestra manifestación. Llegará el momento en que deberemos renovar -al fin- nuestro discurso y dejar más clara la utilidad de nuestra convocatoria: que el Orgullo siempre será un instrumento de visibilidad para erradicar la homofobia, la transfobia y la bifobia.

El Orgullo siempre tendrá un ‘apellido’, porque no es «arrogancia, vanidad,exceso de estimación propia, que a veces es disimulable por nacer de causas nobles y virtuosas» (RAE); el Orgullo es la puesta en práctica de nuestra dignidad como seres humanos, que se desean, se aman, se divierten y se reivindican diferentes o iguales, asimilables o absolutamente autónomos. El Orgullo es nuestro, nuestra herramienta de visibilidad, y por eso debe llevar en su nombre nuestra forma de existir, sea cual sea.

Mi amiga Lola Robles ha percibido que esta semana, al hilo de la cobertura mediática del World Pride, se ha escuchado en muchas ocasiones hablar del ‘Orgullo’, dejándose sobreentender de qué se trataba el asunto. «La semana del Orgullo», «la manifestación del Orgullo»… pero no se aclaraba que es el Orgullo en que se manifiestan lesbianas, gais, transexuales, bisexuales y tantas y tantas otras formas de Diversidad Sexual y de Género, no es otro orgullo cualquiera.

Parece que existe un cierto pudor, como si detrás se escondiera un tabú, a apellidar el Orgullo como se debe. Se dice ‘Orgullo’ pero cuesta decir ‘gay’; se dice ‘Orgullo’ pero parece difícil mencionar a lesbianas, bisexuales y trans. Quizá por eso hemos ido viendo cómo la idea del Orgullo se ha manipulado hasta límites insospechados, y existe la posibilidad, incluso, de un “Orgullo de reciclar” que parece superponerse a nuestro Orgullo LGTB.

Hoy salimos a celebrar y, sobre todo, reivindicar nuestro Orgullo, que es y debe ser visiblemente LGTB. A las 17.00, desde Atocha hasta Colón, contamos contigo. Porque tu voz, seas quien seas, nos hace falta para reivindicarnos y celebrarnos en este Orgullo LGTB.

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