Espantoso asesinato homófobo de un chico de 18 años en Malasia
La sociedad de Malasia está consternada por la muerte de un adolescente, T. Nhaveen, después de cinco día en coma y sufrir una dura agresión de carácter homofóbica que le había dejado con varias heridas y quemaduras en la espalda, además de ser sodomizado con una barra. T. Nhaveen, de dieciocho años de edad, había quedado con su mejor amigo, T. Previin, de 19 años de edad, el sábado, 10 de junio, alrededor de las 11 de la mañana en una hamburguesería de Gelugor, un zona residencial de George Town, en Penang, para celebrar que iba a comenzar su vida como estudiante de música en Kuala Lumpur, pero falleció el pasado jueves, 15 de junio, tras ser víctima de una dura agresión homofóbica que le deja en coma durante cinco días. Un episodio más de bullying homofóbico que en esta ocasión ha consternado a la sociedad de Malasia por su dureza y violencia.
Una vez más, una de esas noticias espantosas que nos hielan el corazón. Tenía 18 años, y al día siguiente iba a viajar a Kuala Lumpur para iniciar sus estudios universitarios. Un grupo de indeseables, que ya antes lo habían acosado, se cruzó en su camino hace ahora una semana. Lo golpearon, lo quemaron, lo violaron analmente con algún objeto rígido y lo dejaron en coma. Este jueves se ha anunciado su muerte. El odio homófobo se ha llevado por delante la vida de T. Nhaveen.
La brutal agresión ocurrió en la noche del pasado viernes en Gelugor, un suburbio dee George Town (en la isla de Penang, en Malasia). T. Nhaveen había dejado ese mismo día su trabajo en un centro comercial. Al día siguiente se trasladaba a Kuala Lumpur, la capital del país, para iniciar sus estudios universitarios de Composición Musical. Se encontraba tomando algo en una hamburguesería con T. Previin, un amigo, cuando dos de sus antiguos compañeros, que ya lo habían sometido a acoso homófobico, los vieron y comenzaron a molestarlos. Coinciden con un grupo de cinco adolescentes, de los que cuatro de ellos son antiguos compañeros de clase, que comienzan a reírse de las maneras afeminadas de Nhaveen, quien les dice que vayan a «ocuparse de sus asuntos».
Es entonces cuando, lejos de cesar su acoso, los dos agresores llamaron a varios jóvenes más, que llegaron al lugar en varias motocicletas y ya fuera del local comenzaron a golpear a los chicos con sus cascos, mientras gritaban insultos homófobos y no dudan en agredirles físicamente. Previin recibe un golpe en la cabeza, pero consigue zafarse de sus agresores y huir. LT. Previin pudo escapar, aunque con fracturas en los huesos de la cara de las que ha necesitado ser operado. T. Nhaveen no tuvo tanta suerte, y los agresores, de edades comprendidas entre los 16 y los 18 años, lo arrastraron hasta un parque cercano y allí se ensañaron con él. Cuando LT. Previin estaba siendo atendido por una fractura debajo del ojo derecho, el hermano de uno de los atacantes entrega el cuerpo de Nhaveen en el mismo hospital de Penang, inconsciente, donde es tratado por varias heridas y quemaduras en la espalda, además de que haber sido sodomizado con un objeto. Tras permanecer en coma durante cinco días, fallece finalmente..
La paliza fue brutal. Golpes, quemaduras en las espalda, una herida sangrante en la ingle… T. Nhaveen presentaba incluso desgarro anal, señal de que sus agresores lo sodomizaron con algún tipo de objeto rígido. Nada se pudo hacer ya por su vida. Cuando fue trasladado al hospital el joven se encontraba en coma, consecuencia de la brutalidad de los golpes recibidos, que le produjeron hemorragias internas en el cráneo y en el abdomen. Este jueves, de hecho, se anunciaba su fallecimiento. «El examen del médico demostró que tenía lesiones en el ano causadas por un objeto contundente. También había marcas de quemaduras en la espalda», confirma su propio tío, quien ha declarado que su familia estaba desolada por lo ocurrido dada la naturaleza amable y gentil de su sobrino. Hace sólo tres meses, Nhaveen se recuperaba de un tumor benigno en el cerebro, lo que no le había impedido presentarse a los exámenes académicos que le habrían permitido iniciar sus estudios de compositor en Kuala Lumpur. Mientras tanto había estado contribuyendo a la economía familiar trabajando en un supermercado de un centro comercial de Queenbay.
La policía ya ha detenido a cinco de los ocho adolescentes, de entre 16 y 18 años de edad, involucrados en la agresión que ha llevado a la muerte de Nhaveen, que tras ser inicialmente acusados por una revuelta, finalmente serán procesados por asesinato, tal y como ha confirmado Roslee Chik, jefe de policía de Penang, dado que cuentan con el testimonio de varios testigos que presenciaron el incidente, además del examen forense que les señala como responsables directos de su muerte. La policía también ha revelado que no es la primera vez que se les señala de intimidar y extorsionar a otros adolescentes, así como están relacionados con un incidente con el empleado de una tienda de Jelutong al que habrían golpeado el pasado 5 de mayo. «Hasta ahora sólo hemos recibido dos informes policiales sobre las actividades de la banda y le pido a cualquiera que haya sido su víctima que presente una denuncia», añade Chik.
De hecho, según se desprende de los medios locales que hemos podido consultar, la muerte de T. Nhaveen ha causado un gran impacto en el país por su brutalidad. La ministra de Mujer, Familia y Desarrollo Comunitario, Rohani Abdul Karim, ha declarado, tras entrevistarse con su madre, que es voluntad de su gobierno que los asesinos sean juzgados como adultos, pese a su edad, lo que podría suponer incluso que se les aplicara la pena de muerte.
Malasia: economía emergente… y LGTBfobia política y social
Malasia, una de las economías emergentes del sudeste asiático, es un país de variada composición étnico-religiosa, aunque de mayoría musulmana, en el que conviven leyes civiles, de obligado cumplimiento para todos, y leyes islámicas, de aplicación a los ciudadanos musulmanes. Las relaciones homosexuales, en cualquier caso, son ilegales y se castigan con penas de hasta 20 años de cárcel. De hecho, allá por 2011 nos hacíamos eco de las intenciones de varios líderes musulmanes malasios de endurecer las medidas contra la homosexualidad y en 2015 el primer ministro, Najib Razak, comparaba a las personas LGTB con el Estado Islámico, alegando que carecen de derechos humanos.
La LGTBfobia social y política imperante en Malasia ha llevado, de hecho, a situaciones que rozan el absurdo, y que hemos recogido en esta misma página. El pasado mes de febrero, en un vídeo promovido por el Departamento de Desarrollo Islámico de Malasia, se sugería a los homosexuales que “aprender” a ser hetero es igual que iniciarse en la equitación. Otros ejemplos son el anuncio de censura de programas con personajes homosexuales; la censura de una escena de La Bella y la Bestia y de una canción de Lady Gaga o la cancelación de un Festival que se celebraba desde 2008 para promover el respeto a la diversidad sexual. Especialmente preocupante fue lo sucedido en 2012, cuando un joven gay musulmán recibió amenazas de muerte por difundir un vídeo en el que animaba a otros homosexuales a salir del armario.
Ante este escenario, podría pensarse que un suceso tan terrible como el que hoy recogemos debería servir de acicate para que el respeto a la diversidad gane posiciones en Malasia. Mucho nos tememos que no será así, a la vista del hecho de que los mismos medios locales y autoridades que han reaccionado con horror ni siquiera precisan que el acoso que el joven sufría era de naturaleza homofóbica.
Esperemos, al menos, que se haga justicia con los asesinos de T. Nhaveen.
Descansa en paz.
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