Solemnidad de Pentecostes. 4 Junio, 2017
“-Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado,
así también os envío yo.
Y dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:
-Recibid el Espíritu Santo.”
Tú nos dejas tu Espíritu Santo, nosotras te abríamos pedido un manual de instrucciones. Suerte que no nos preguntaste.
Pero otros poderes que buscan manejarnos saben que, mezclada con nuestra ansia de libertad, llevamos una buena dosis de inseguridad. El miedo es la puerta ancha por la que desde siempre han entrado los dominadores de todos los tiempos.
Hoy se nos hace creer que somos libres si nos ponemos bajo el yugo del consumo. La publicidad es el manual de instrucciones. Ella nos explica cómo triunfar, cómo ser feliz, cómo tener éxito.
Alguien ha diseñado minuciosamente cómo debemos comportarnos, qué debe preocuparnos y también nos suministran los entretenimientos oportunos para que no pensemos demasiado.
Lo de la compensación- insatisfacción funciona a la perfección. Se crea una necesidad, un deseo. Se ofrece algo para satisfacer ese deseo. Pero solo de una manera parcial. Así de la compensación lo que recibimos es insatisfacción. Es el mecanismo del consumismo.
Sin embargo este sistema no genera gente feliz. Poco a poco vamos descubriendo sus engaños y resulta que solo la libertad que viene del Espíritu es la que le da sentido a la vida.
Esa falta de “manual de instrucciones” es lo que nos hace crecer en responsabilidad. Vencer nuestros miedos y hacer opciones valientes.
Jesús resucitado nos vuelve a recrear. Como al principio del Génesis (Gn 2, 7), sopla su aliento de vida y el Espíritu se une a nuestra humanidad, se hace compañía y fuerza trasformadora.
El Espíritu en su incansable labor nos despierta, generación tras generación. Nos libera de todos aquellos poderes engañosos. Y nos hace crecer en lo que somos: Hijas amadas.
Oración
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Fuente Monasterio de Monjas Trinitarias de Suesa
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