Un programa televisivo francés recibe más de 17.500 quejas por homofobia
El Conseil supérieur de l’audiovisuel (Consejo Superior de lo audiovisual, CSA) ha recibido ya más de 17.500 quejas por la edición del pasado jueves de un programa de Canal 8, Touche pas à mon poste. Las quejas se dirigían hacia una sección del programa presentada por el humorista Cyril Hanouna en la que gastaba una “broma” telefónica (por no decir que humillaba) a hombres homosexuales que sin saberlo intervenían en directo a través del teléfono.
La “broma” se encuadra dentro de un género de dudoso gusto que parece haberse popularizado en los últimos tiempos en programas de radio y televisión: el engaño telefónico a personas a las que se expone a determinadas circunstancias mientras se graban sus reacciones (que muchas veces se emiten en directo sin contar con la autorización previa de la persona afectada). En este caso, el programa había creado un perfil falso en una página de contactos, que incluía la fotografía de un torso musculado y se describía como “muy deportista y bien dotado”. “Me encanta que me insulten”, añadía. Hanouna se hacía pasar por el hombre del perfil, adoptando rasgos amanerados y una voz afeminada, y llamaba en directo a algunos de los hombres que se habían mostrado interesados, cuya conversación ridiculizaba.
La reacción no se ha hecho esperar, tanto en prensa como en redes sociales. Numerosos espectadores han mostrado sus quejas ante el CSA por el contenido homófobo que argumentaban contenían la broma y los comentarios del presentador. Al día siguiente de la emisión ya se habían registrado más de 6.500 quejas. Este domingo ascendían ya a más de 17.500.
El CSA, un organismo público independiente que regula las emisiones de radio y televisión en Francia con objeto, entre otros, de conjugar la libertad de expresión con el respeto de los derechos de personas y colectivos, debe examinar ahora el contenido del programa y valorar si cabe algún tipo de actuación o sanción. Al margen de lo que decida finalmente, son numerosos los activistas tanto LGTB como de derechos humanos que han hecho público su rechazo. El presidente de SOS homophobie, Joël Deumier, afirma que la broma es “indigna, vergonzosa y homófoba”. Por su parte, Yohann Roszéwitch, consejero en la Delegación interministerial en la lucha contra el racismo, el antisemitismo y el odio antiLGTB, ha lamentado que muchos jóvenes verán en el programa “una tendencia a imitar y a reproducir”. La asociación Le Refuge, que ayuda a jóvenes que han sido víctimas de LGTBfobia, considera por su parte que la broma ofrecía “una imagen degradante de las personas homosexuales reduciéndolas a una caricatura”.
Ante las críticas, Cyril Hanouna niega la mayor, asegurando que la broma no tenía un carácter homófobo. “Soy el mayor defensor de la asociación Le Refuge […] Nunca habrá una secuencia homófoba en la emisión”. ha declarado a l’Express. Un afirmación que difícilmente se sostiene ante una serie de datos objetivos: se burlaba de hombres homosexuales, algunos de los cuales revelaron sin ser conscientes de ello información personal ante una audiencia de más de un millón de personas; la interpretación estereotipada y “plumófoba” del humorista; y, por último, la complicidad de los demás integrantes de la mesa del programa que rieron sus bromas.
Fuente Dosmanzanas
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