“Yo soy el camino, y la verdad, y la vida”. Domingo 14 de mayo de 2017. 5º Domingo de Pascua.
Hch 6,1-7: Eligieron a siete hombres llenos de espíritu
Salmo responsorial 32: Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti
1Pe 2,4-9: Ustedes son una raza elegida, un sacerdocio real
Jn 14,1-12: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida
En la comunidad lucana descrita en la primera lectura, los apóstoles tienen plena conciencia que no lo pueden hacer todo y que necesitan valerse de otros para atender a las necesidades urgentes de la comunidad pero sin desatender el ministerio de la Palabra. Pero ellos no imponen. Invitan a la comunidad a escoger sus propios servidores, animadores. Les presentan a siete personas que son «autorizados» por los apóstoles para satisfacer las necesidades de la comunidad. No son servidores de segunda. Son personas encargadas o enviadas a realizar ministerios diferentes. Pero todos estaban empeñados en la difusión de la Palabra y en el crecimiento numérico y cualificado de la comunidad.
Así mismo, el autor de la carta de Pedro quiere subrayar el papel de todos los miembros de la comunidad creyente en la construcción del templo vivo de Dios. Jesús es la piedra viva, el fundamento, la base para construir la casa de Dios. Sobre esa piedra se instalan las demás piedras, los seguidores de Jesús. De manera pues que no somos sólo espectadores de la construcción. Somos artífices y al mismo tiempo materia fundamental para alcanzar la construcción del gran edificio humano, levantado sobre la roca, Jesucristo, sostenido por la columna del Espíritu Santo y estructurado con la activa cooperación de cada uno de los bautizados. El sacerdocio, más que un honor, un privilegio, una casta… es un dinamismo desatado por el Espíritu para el servicio de la comunidad eclesial. Todos somos ministros, todos sacerdotes, todos servidores en una densa experiencia fraternal al servicio del Reinado de Dios.
El evangelio de Juan revela la situación crítica que vive la comunidad naciente provocada por el ambiente hostil y peligroso en que se va desarrollando. Jesús no sólo es la piedra fundamental, sino que Jesús es también camino, verdad y vida. Los discípulos están confundidos ante las Palabras de Jesús. En los anteriores versículos Jesús ha anunciado la traición de Judas y la negación de Pedro. Este episodio refleja la situación de crisis de los discípulos porque no entienden el camino de Jesús. Las palabras que Jesús pronuncia pretenden alentarles en la esperanza, fortalecerlos en medio de la angustia, devolverles el horizonte de vida.
Jesús es camino, es decir, es proyecto, horizonte de vida para muchos. Su muerte está llena de sentido porque en ella se manifiesta el amor de Dios por la Humanidad y les devuelve la razón de vivir en momentos de confusión y desesperación.
Jesús es verdad: la mentira, el engaño, la corrupción se apodera del corazón de la persona humana. La Palabra anunciada y testimoniada por Jesús, que es la Palabra del Padre, se convierte en criterio de verdad, en transparencia que devuelve la luz.
Es vida: frente a las fuerzas de la muerte que causan terror, Jesús da sentido a la vida, se revela como Señor de la vida y vencedor de la muerte. Y en él todos los que apuestan a favor de un proyecto de vida, de verdad y amor como horizonte que puede salvar a la Humanidad del caos, la injusticia, la corrupción, la exclusión y la maldad.
Quién cree en Jesús cree en el Padre y será transparencia del Resucitado. En el fondo eso es ser cristiano, que es una forma de ser en plenitud hijos/hijas de Dios. Pero la propuesta de Jesús no es un asunto meramente individual, intimista, espiritualista. El proyecto de su seguimiento es exigente y radical. También la persona cristiana, integrada al cuerpo comunitario, debe ser camino, verdad y vida. Estamos llamados a ser una alternativa de vida, junto con otras alternativas de vida -representadas por otras personas y comunidades inspiradas por otras religiones- en medio de un mundo desorientado que con frecuencia no encuentra el sentido de la existencia. Somos servidores de la Vida aún en medio de la muerte que siembra el egoísmo humano cuando desatiende la sabiduría que se manifiesta «por los muchos caminos de Dios». La desatención a esta sabiduría divina manifestada por tantos caminos, repercute en las crecientes injusticias sociales y guerras que pretenden justificarse con apelos a la defensa de la libertad y de la seguridad, o a la imposición de la democracia o de la «libertad de comercio»… pero que en el fondo esconden mezquinos intereses económicos y hegemónicos de las grandes potencias y plagan de hambre y de miseria a los pueblos pobres.
Nuestra misión, pues, como personas cristianas, es juntarnos con muchas otras personas y comunidades creyentes, practicantes de otras religiones, y ser alternativa de vida, de resistencia y esperanza para todos.
En una época como la que vivimos, marcada por la entrada en curso en un nuevo paradigma, el paradigma pluralista, hemos de leer y proclamar con cuidado tanto la expresión de Pedro de un «linaje escogido», como la expresión de Juan, que él pone en labios de Jesús: «Yo soy ‘el’ Camino»… Esta última sobre todo no deja de ser una expresión propia de un lenguaje confesional, un lenguaje de amor y de fe, cultual, y en ese contexto hay que entenderla. No hay que perder de vista que, en otro sentido, son muchos los caminos de Dios, «sus caminos, que no son nuestros caminos», y que nos pueden sorprender siempre con el descubrimiento de «nuevos caminos» de Dios. Recomendamos la lectura de la serie «Por los muchos caminos de Dios», de la Asociación Ecuménica de Teólogos del Tercer Mundo, en la colección «Tiempo axial» (http://latinoamericana.org/tiempoaxial). O el libro de José María VIGIL Teología del pluralismo religioso, disponible en la red (http://cursotpr.adg-n.es/?page_id=3).
El evangelio de hoy no es dramatizado en la serie «Un tal Jesús», de los hermanos LÓPEZ VIGIL. En la página http://www.untaljesus.net puede recogerse algún otro que el animador de la comunidad juzgue oportuno.
Para la revision de vida
Caminos de Dios hay muchos, no uno solo. No es bueno considerarse poseedor del único camino y despreciar los otros caminos. Lo que Dios quiere es que amemos nuestro camino, el que Él ha puesto a nuestra disposición, y que lo sigamos convencidamente. ¿Es mi caso? ¿Amo mi camino? ¿Minusvaloro los demás caminos?
Para la reunión de grupo
– La iglesia naciente sabe hacer frente a las dificultades con que se encuentra con auténtica creatividad; ¿colaboramos para que la iglesia encuentre soluciones nuevas a los nuevos problemas con los que se encuentra en el mundo con actual?; ¿aceptamos que la iglesia es capaz de innovar o pensamos que siempre ha de estar mirando al pasado para encontrar en él las soluciones a sus problemas actuales?
– Juan elabora su evangelio cargado de teología y de proclamación de fe. Hasta hace unos 70 años el cristianismo católico consideró las palabras puestas por Juan en boca de Jesús como literalmente históricas, y pronunciadas además por una persona que tenía plena y absoluta conciencia de sí misma como hijo de Dios. Hoy día, ningún biblista piensa así. ¿Dialogar en el grupo –con ayuda de algún experto- sobre «la conciencia de Jesús».
– Cuando Jesús dice que es el Camino… no está queriendo decir que no haya en absoluto ningún otro camino… Él mismo valorizó la fe de otras personas creyentes que no formaban parte del Pueblo escogido de Israel. ¿«Todos los caminos llevan a Dios»… aun sin pasar por Roma?
Para la oración de los fieles
– Para que toda la Iglesia siga siendo en medio del mundo el Camino, la Verdad y la Vida que fue y es Jesús para todos nosotros. Oremos.
– Para que sepamos orientar a las personas, especialmente a los jóvenes, que buscan su camino en la vida. Oremos.
– Para que seamos, con nuestro ejemplo de solidaridad con los pobres y necesitados, luz orientadora de los que buscan la verdad. Oremos.
– Para que seamos fomentadores y transmisores de vida entre quienes andan en sombras de muerte. Oremos.
– Para que con creatividad y solidaridad, construyamos el templo de piedras vivas que es la comunidad. Oremos.
– Para que corroboremos siempre nuestras palabras con el testimonio vivo de nuestra propia vida. Oremos.
Oración comunitaria
– Oh Dios, misterio incomprensible, presencia inasible, amor inefable. Ayúdanos a comprender que la Verdad está más allá de nuestras formulaciones, que la Vida eres Tú mismo, y que los Caminos que conducen a Ti son infinitos. Nosotros concretamente te lo pedimos por Jesús, hijo tuyo y hermano nuestro. Amén.
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