Angela Merkel aprovecha una visita a Rusia para presionar ante la prensa a Vladimir Putin para que detenga el exterminio de personas LGTB en Chechenia.

La canciller alemana, Angela Merkel, se convierte en la primera mandataria europea que recrimina a Vladimir Putin su actitud con respecto a la purga de homosexuales en Chechenia, entre otras cuestiones relacionadas con los derechos humanos, además de pedir un cambio de postura con respecto a las guerras de Crimea y Siria.

“Creemos que puede haber un intercambio incluso cuando hay diferencias de opiniones. Es importante tener derecho a manifestarse en una democracia, hemos hablado sobre los derechos y las opiniones de la sociedad civil aquí en Rusia. El derecho a la expresión es importante en la sociedad civil, y también he resaltado la función de las ONG. Hemos recibido informes negativos sobre la forma en que se trata a los homosexuales en Chechenia particularmente, y le he pedido al presidente Putin que use su influencia para garantizar que los derechos de las minorías estén protegidos y ayudar a las personas gais de la región.”

«Es importante tener derecho a manifestarse en una democracia, y el papel de las ONG es muy importante (…). También hablé sobre el informe muy negativo sobre lo que está sucediendo a los homosexuales en Chechenia y le pedí al presidente que ejerciera su influencia para garantizar que los derechos de las minorías estén protegidos», declara Merkel en una conferencia de prensa en Sochi, ayer, 2 de mayo, en la que ha trasladado a Putin sus preocupaciones sobre los derechos civiles en Rusia, en un encuentro que ha durado casi dos horas y en el que han tratado temas como la purga de homosexuales en Chechenia, la reciente legislación contra los Testigos de Jehová, la detención de activistas en San Petersburgo y sus diferencias respecto a Siria y Ucrania.

«Nuestros cuerpos policiales y judiciales actúan dentro del marco de las leyes que existen en Rusia y seguirán actuando de esa manera, observando el orden y la disciplina» es la respuesta de Vladimir Putin sobre la detención de manifestantes que denunciaban lo que está sucediendo en Chechenia. Merkel también insta a Putin a proteger los derechos religiosos, especialmente los referentes a la iglesia de los Testigos de Jehová, recientemente prohibida en Rusia al ser considerada una organización extremista.

También ha aprovechado para exigir que garantice el cese del fuego en las guerras de Crimea y Siria. El gobierno de Vladimir Putin apoya en Ucrania a los rebeldes separatistas que luchan contra el gobierno de Kiev respaldado por la Unión Europea, mientras que se alía con el presidente Bashar al Assad en Siria. Por su parte, Putin afirma que su gobierno condena el uso de armas químicas por cualquier parte en el conflicto y pide una «investigación imparcial», añadiendo que sólo las Naciones Unidas pueden encontrar una solución pacífica y duradera para ambos conflictos.

Mientras que Donald Trump ha desperdiciado diferentes oportunidades de pedir responsabilidades a Putin, tal y como le recriminaba Hillary Clinton, Angela Merkel se convierte en la primera mandataria en exigir responsabilidades a Vladimir Putin por la purga de homosexuales en Chechenia y su reclusión en campos de concentración, donde son torturados antes de ser puestos en libertad. Aparte de las manifestaciones de activistas que se han producido en Madrid, Londres y México, o el llamamiento del jesuita James Martin para que las iglesias condenen los hechos, antes que Merkel, la embajadora de los Estados Unidos en la ONU, Nikki Haley, ya habría exigido ante la ONU que no quedaran impune la persecución a los gays, mientras tanto,  Vladimir Putin y Ramzan Kadyrov (ambos del mismo partido y con numerosos intereses comunes) hacen oídos sordos y también han negado rotundamente los hechos.

Homofobia de Estado en Chechenia

A principios de abril, nos hacíamos eco de la persecución organizada de las autoridades chechenas contra su población homosexual. Posteriormente, recogimos la tortura sufrida por un hombre gay, sometido a la corriente de una silla eléctrica casera para que delatara a otros homosexuales. Con el mismo objetivo parece que se constituyó un ilegal campo de concentración de prisioneros gais en la ciudad chechena de Argún, a unos 15 kilómetros de Grozni (la capital de la república). Según publicaba Novaya Gazeta (el diario ruso que destapó el escándalo sobre los secuestros, torturas y homicidios de homosexuales en la república rusa de Chechenia), el campo se ubica en un antiguo complejo militar, oficialmente sin uso desde hace años. El mismo medio, que no ha parado de recibir amenazas, también dejaba claro que no es el único centro de detenciones que las autoridades chechenas mantienen en secreto.

Fuente | Pink news, vía Universogay

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