La Cuaresma como tiempo para honrar el cuerpo
La Cuaresma puede sentirse como una temporada litúrgica deprimente y castigadora, con todo el énfasis en dar cosas y en la penitencia. O puede sentirse como un segundo intento de las resoluciones de Año Nuevo: algo desprovisto de significado religioso o espiritual.
Para aquellos de nosotros queer y / o trans, y que hemos luchado para aprender a amar a nuestros cuerpos, Cuaresma toma un matiz aún más oscuro.
Durante muchos años negué mi cuerpo. Yo negaba que tuviera un cuerpo. Y cuando fui obligado a confrontar mi cuerpo, estaba lleno de odio y vergüenza. Me enseñaron que mis deseos eran pecaminosos y vergonzosos y debían ser negados. Puesto que pasé tanto tiempo en esa oscuridad, me resisto a volver a él, incluso durante una tiempo litúrgico tan importante.
¿Puede la Cuaresma ser reivindicada como una temporada amorosa para gente queer y trans?
Hay algo santo en este tiempo de Cuaresma. Es un tiempo de caminar en el desierto con Jesús. Es un tiempo de viajar con él a Jerusalén y a la crucifixión. Para muchas personas queer y trans * conocemos bien la sensación de estar en el desierto. Entendemos, íntimamente, el dolor de la crucifixión. En vez de entrar en la oscuridad,mirala esta vez como un recuerdo de las cosas pasadas.
Si todavía estás en la oscuridad, ten presente que tienes compañeros en tu viaje, y no estás solo.
La razón por la que recordamos la crucifixión es porque somos un pueblo que cree en la resurrección. Creemos que la muerte no es la respuesta final. Creemos que volveremos a vivir. Experimentar la resurrección no hace que nuestras cicatrices desaparezcan, sino que las hace santas. Y así en este tiempo de Cuaresma nos detenemos a abrazar nuestras cicatrices.
¿Qué pasa si, en lugar de dar algo que te gusta, te das algo que te hace sentir mal? ¿Qué pasa si, en lugar de renunciar a Twitter o Facebook, utiliza esas herramientas para conectarse con personas que te hacen sentir que tienes comunidad? ¿Qué pasa si, en lugar de reprender a sí mismo por lo que necesita cambiar, se centran en las cosas que hacen bien y se concentran en hacerlo aún mejor?
¿Qué pasaría si disminuyes la velocidad, tomas tiempo, vas más a fondo? Practica el autocuidado, conoce y ama tu cuerpo, vive en la resurrección.
Hay un tiempo para enfrentarnos a nuestras fallas. Hay un tiempo para esforzarse más.
Pero esos tiempos deben venir de un lugar de la autoestima y del amor para ser significativos. Si no has hecho el trabajo de amarte a ti mismo, esas acciones simplemente te enviarán a una espiral de vergüenza.
Así que en esta Cuaresma honra tu cuerpo. Honra tus deseos y tus amores. Míralos como santos y buenos. Ve más a fondo. Ama más fuerte. Contempla la belleza.
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Fuente Queer Theology
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