Los unionistas contrarios al matrimonio igualitario pierden su capacidad de veto en Irlanda del Norte
Nueva esperanza para el matrimonio igualitario en Irlanda del Norte, el único país constituyente del Reino Unido que aún no lo reconoce. En las elecciones celebradas el pasado jueves, el Partido Unionista Democrático (DUP) ha perdido su capacidad de bloquear la medida al caer por debajo de los 30 escaños. El panorama se vuelve más alentador después de cinco votaciones fallidas en la Asamblea de Stormont.
El DUP, formación unionista y fuertemente conservadora, ha sido el más castigado en las elecciones a la Asamblea de Irlanda del Norte del jueves pasado y casi pierde la primera posición frente al nacionalista Sinn Féin. La votación anticipada ha resultado en el primer Parlamento sin mayoría unionista desde la instauración de la autonomía en 1998. La ley establece que los diputados norirlandeses deben declarar su afiliación unionista, nacionalista (irlandesa) o neutral al asumir el cargo, y que los principales partidos deben estar representados en el Gobierno. Desde 2007, han compartido el poder un primer ministro del DUP y un vice primer ministro del Sinn Féin.
Esta particular situación política es una de las causas por las que Irlanda del Norte es el único territorio del Reino Unido en el que las parejas del mismo sexo no pueden casarse legalmente. Y lo es después de que su Asamblea haya votado y rechazado la aprobación del matrimonio igualitario cinco veces consecutivas. En la última votación, que tuvo lugar en noviembre de 2015, los partidarios de la igualdad para las personas LGTB lograron ser por primera vez mayoritarios, pero el DUP de la primera ministra Arlene Foster invocó el procedimiento agravado conocido como petition of concern para lograr que la proposición de ley fuera finalmente rechazada.
La petition of concern fue concebida durante los acuerdos de paz de 1988, con la idea de que cualquier legislación sobre determinados temas sensibles obtuviera un respaldo suficiente de los dos sectores, el nacionalista irlandés y el unionista. Las propuestas que se tramiten por este método deben alcanzar un 60 % de los votos de toda la Asamblea, y al menos un 40 % en cada uno de los bandos. La petition of concern debe ser solicitada por un mínimo de 30 representantes, una marca que el DUP hasta ahora siempre había superado por sí solo.
De hecho, la utilización de la petition of concern para un asunto de derechos civiles de las minorías como es el matrimonio igualitario ha sido fuertemente criticada. Sobre todo si se tiene en cuenta que las encuestas muestran un amplio apoyo al mismo, tanto por parte de la población de tradición católica como, en menor medida, de la protestante. El empecinamiento del DUP liderado por Foster en boicotear la equiparación de derechos ha sido hasta ahora el principal escollo para sacarla adelante. La primera ministra afirmaba hace unos meses que usaría la petition of concern todas las veces que fuera necesario para impedir que se apruebe la igualdad matrimonial. “¿Por qué íbamos a renunciar a esa herramienta cuando nos sentimos tan fuertemente implicados en cuanto a la definición del matrimonio?”, se preguntaba.
Las elecciones, convocadas anticipadamente tras la dimisión del vice primer ministro Martin McGuinness (Sinn Féin), han abierto sin embargo nuevas posibilidades. En la próxima legislatura, el DUP contará con 28 diputados, con lo que perderá la capacidad de exigir en solitario la petition of concern. Ni siquiera sumando al único diputado de la conservadora Voz Unionista Tradicional (TUV) alcanzan la cifra necesaria de 30 diputados. La puerta se abre, por tanto, a una nueva votación en la que el fin del matrimonio excluyente se apruebe por mayoría absoluta. Una meta que parece accesible, ya que bastaría la suma de los diputados nacionalistas y los no afiliados, favorables a la igualdad matrimonial.
La vía judicial
Paralelamente al frente parlamentario, la otra posible vía hacia la igualdad LGTB en Irlanda del Norte es la judicial. La primera demanda de este tipo, largamente esperada, fue presentada en enero de 2015 ante el Alto Tribunal de Belfast por una pareja formada por dos hombres, que contrajo matrimonio en Inglaterra el pasado 2014, una vez que entró en vigor la ley que lo permitía. Sin embargo, al cambiar su residencia a Irlanda del Norte, su estado civil no fue reconocido por la administración de este territorio. El Alto Tribunal de Belfast tendrá que dictaminar si, como arguyen los demandantes, el Reino Unido es un único Estado unitario con poderes administrativos delegados en las regiones, pero no una república federal, como es el caso de los Estados Unidos. Según este criterio, no es posible que una pareja esté considerada como casada en un territorio del Reino Unido y en otro no.
Fuente Dosmanzanas
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