Tras retirarse de la competición, el piloto de Fórmula 1, Dany Watts, sale del armario como homosexual. Actualmente está centrado en su nueva faceta como ‘coach’ de pilotos.

Considerado como el piloto europeo de más alto nivel, Danny Watts, de 37 años de edad, y dos veces ganador de clase LMPS en las 24 horas de Le Mans, sale del armario como homosexual.

 «Sientes que tienes que ocultarlo dentro de los deportes de motor porque es un deporte muy masculino (…). Había algo ardiendo en el interior que decía ‘bien, ya no puedes ocultarlo, tienes que ser libre y ser fiel a ti mismo y dejarlo salir’ (…). Se lo dije a familiares y amigos cercanos, obviamente hubo conmoción, pero la gente también fue muy solidaria. Así que pensé si a ellos les parece bien, sigamos adelante», declaraba a un medio deportivo.

Watts terminaba su carrera después de competir en Le Mans el año pasado, actualmente se centra en su faceta como coach de pilotos. Es padre de un niño, fruto de su matrimonio con la también piloto de carreras Fiona Leggate. Según admite, le ha resultado más sencillo hablar abiertamente de su homosexualidad «ahora que he dejado de competir» ya que le preocupaba la reacción de los equipos y sus patrocinadores.

«Lo que más te preocupa es lo que la gente va a pensar y cómo van a verte, cómo van a reaccionar contigo. Son cosas estúpidas como pensar ¿voy a extender la mano a la gente, me devolverán el saludo? ¿Voy a ser capaz de mirar a los ojos o no? ¿Esto va a ser raro? Hay un millón y una preguntas girando en mi cabeza acerca de cómo todo va a funcionar. Mi estómago se revuelve pensando en el próximo circuito al que vaya sabiendo que la gente sabe y lo que pensarán de mí. Da un miedo espantoso», asegura el corredor.

Watts describe los últimos meses como «horribles» y explica que había decidido que hacer un comunicado público sería mejor que contárselo solamente a su círculo más cercano. «Puedes mantenerlo en secreto en las carreras y llevar tu vida por separado donde tus amigos cercanos y familiares lo saben, o simplemente puedes salir y decir ‘aquí estoy, mis cartas están sobre la mesa, lo tomas o lo dejas’».

En muchos casos, los entornos relacionados con el deporte siguen siendo ambientes cargados de homofobia. Ya se trate de insultos dentro y fuera del campo, predomina el pensamiento erróneo de que la virilidad es un barómetro de la habilidad, por lo que los atletas queer enfrentan discriminación desde casi todas las direcciones, tal y como defendía un estudio reciente.

Fuente Universogay

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