El agradecimiento como meta
Del blog del Monasterio de Monjas Trinitarias de Suesa:
Dicen los entendidos que el agradecimiento es la cumbre del camino espiritual. Y yo, humildemente, estoy de acuerdo con esa afirmación.
Vivir agradeciendo es vivir aceptando lo que se tiene y sobrellevando aquello de lo que se carece. Carece no es malo, en su justa medida, por supuesto. Y saber manejarse por la vida con una actitud agradecida hacia las pequeñas y las grandes cosas pone de manifiesto la humildad y la actitud positiva de quien lo vive así.
Cuando recibimos un regalo generalmente somos agradecidos, pero si recibimos un regalo y la persona que está a nuestro lado también y en su caso el obsequio es mayor… entonces nuestro agradecimiento se tiñe ligeramente de envidia o de otras pequeñeces.
En nuestra comunidad había una hermana mayor que tenía en sus labios siempre una jaculatoria de agradecimiento hacia Dios: “gracias, Dios mío, gracias, por tantas gracias”. Lo decía de manera casi inconsciente de tan grabado que lo tenía en el corazón.
Es un reto, y una meta, un camino.
Quizás hoy podamos sacar un ratito para confeccionar una lista de agradecimientos; los resultados serán sorprendentes.
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