Sed Perfectos
No puedo hacerte mal sin herirme a mi mismo (Gandhi)
19 febrero, VII domingo del TO
Mt 5, 38-48 Amad a vuestros enemigos
Así seréis hijos de vuestro Padre del cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos y hace llover sobre justos e injustos
El evangelio de hoy nos dice, en palabras de Jesús, que seamos perfectos como nuestro Padre del cielo es perfecto. Es decir, por esa filiación divina que nos hace también ser hermanos de nuestros semejantes.
Estos preceptos de amor al prójimo hunden sus raíces en la sabiduría de todos los tiempos. El Código de Hammurabi, rey de Babilonia (s. XVIII aC), los recoge grabados en una Estela de diorita. Y pueden leerse también en los papiros del egipcio Libro de los muertos (s III aC). La Biblia, por su parte, está tachonada en su contenido de la expresión “hijo de Dios” y del “amor al prójimo”.
En el AT, el Pentateuco rompe el fuego: El pueblo de Israel es hijo primogénito de Dios (Éx 4, 22); Amarás a tu prójimo como a ti mismo (Lev 18, 19); Hijos sois del Señor, vuestro Dios (Dt 14, 1). El profeta Oseas dice: Cuando Israel era niño, lo amé, y desde Egipto llamé a mi hijo (Os 11, 1). El Salmista canta: Tu eres mi hijo, y yo te he engendrado hoy (Sal 2, 7); y en 89, 28: Y yo lo nombraré mi primogénito, excelso entre los reyes de la tierra. En Proverbios se designa metafóricamente al discípulo: Hijo mío no olvides mis enseñanzas (Prov 3, 1). En el Eclesiástico se lee: Escuchad hijos míos a vuestro padre (3, 1). Y, finalmente, el Libro de la Sabiduría: También el justo declara que conoce a Dios y dice que él es hijo del Señor(Sap 2, 13); y en 5,5: ¿Cómo ahora lo cuentan entre los hijos de Dios y comparte la herencia con los santos?
El NT es pródigo tanto en lo de hijo de Dios como en lo del amor al prójimo. Del evangelio del día se deduce la preexistencia de Jesús (Jn 1,1.30), es decir que el Hijo de Dios estaba en el cielo, bajó del cielo y subió de nuevo al cielo. El Hijo de Dios une al cielo y la tierra (Jn 1,51); es el Hijo del Hombre el que ofrece a la humanidad el verdadero alimento de vida eterna (Jn 6, 27). Y en 20, 31 finaliza así el Águila de Patmos su Evangelio: Estas palabras quedan escritas para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios.
Juan introduce un nuevo aspecto de la relación de Jesús con la humanidad: Jesús es el portador de la Revelación y nos muestra el carácter y naturaleza de Dios. A través de él, Dios proclama su propia naturaleza, su divinidad y la divinidad de la vida creada; divinidad y humanidad están unidas en indisoluble unidad. Mateo relata en 14, 33 esta proclamación por parte de los que pescaban: Los de la barca se postraron ante él diciendo: Ciertamente eres Hijo de Dios (Mt 14, 33)
En cuanto al “amor al prójimo”, Jesús refrenda el texto del Levítico en Mt 22, 38 como segundo precepto más importante de la Ley. Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos, rezad por los que os persiguen. Así seréis hijos de vuestro padre del cielo, que salir su sol sobre malos y buenos y hace llover sobre justos e injustos Mt 5 43-45.
En Rom 8 Pablo se explaya en la vida otorgada por el Espíritu; y en Gál 4, que: de esclavos, pasamos a ser hechos libres por adopción; coherederos, con derecho a la inmortalidad, llamamos a Dios Abba y somos realmente hijos e Dios. El logro de todo esto es fruto del esfuerzo personal de cada uno.
En la película La isla de Nim (2008) dirigida por Jennifer Flackett, uno de los buhoneros le dice a la protagonista Alex: “Sé el héroe de tu propia historia”. El cine no se ha quedado indiferente ante el espectáculo descrito, y el director estadounidense Christopher Spencer ha dirigido con gran éxito el film Hijo de Dios (2014).Cuando Gandhi dijo: “No puedo hacerte mal sin herirme a mi mismo”, está subrayando la filiación divina, la unidad y el amor entre todos los seres.
EL SALMÓN
Los sueños del salmón son colorados.
Suben y bajan por ríos torrenteros:
suben al cielo por cascadas,
y por torrentes vuelven al océano.
Al subir se hace dios, se diviniza,
y al bajar endiosado, se hace humano.
En esa reciprocidad se forja
la religión de un futuro cercano.
Nueva no por su forma y modo,
sino por los colores reflejados
en su interioridad como arco-iris
que nos revela el mundo más arcano.
(NATURALIA. Los sueños de las criaturas. Ediciones Feadulta)
Vicente Martínez
Fuente Fe Adulta
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