Australia crea una institución sanitaria que impedirá las terapias para “curar la homosexualidad”
El gobierno de la región australiana de Victoria ha aprobado la creación de una institución sanitaria pública que regule a todos los médicos y tratamientos sanitarios que se lleven a cabo en la localidad.
La creación del organismo supone que el nuevo Comisionado de Problemas Sanitarios pueda prohibir que cualquier médico u organismo lleve a cabo un tratamiento sanitario que no haya aprobado previamente el organismo público, impidiendo con ello que los colectivos homófobos puedan seguir llevando a cabo terapias para “curar la homosexualidad” aprovechando el vacío legal que existía.
Las autoridades han otorgado al nuevo Comisionado de Problemas Sanitarios la capacidad de emitir prohibiciones, de forma temporal o de por vida, en contra de médicos o colectivos que lleven a cabo sus tratamientos sin el permiso del organismo.
La Comisión creada en Victoria se ha creado después de que la ministra de Salud australiana considerara que la discriminación contra la comunidad LGTB es “repugnante”, defendiendo que “el gobierno está comprometido a combatir la discriminación y la homofobia dondequiera que exista. Considero que cualquier tipo de discriminación contra la gente basada en su orientación sexual o identidad de género es abominable”.
“Tenemos cero tolerancia hacia cualquier persona que pretenda vender que puede convertir a los gays mediante tratamientos médicos o terapéuticos. Cualquier intento de hacer que la gente se sienta incómoda con su propia sexualidad es completamente inaceptable”, defendió la ministra de Salud australiana de forma previa a la creación del Comisionado de Problemas Sanitarios en Victoria.
La activista australiana Nathan Despott se ha mostrado a favor de la medida, recordando los peligros físicos y psicológicos a los que se exponen las personas que, en base a los prejuicios sociales existentes hacia la diversidad sexual, optan por someterse a unas terapias para “curar la homosexualidad” que han sido condenadas por las principales médicas del mundo por el fraude y los peligros sanitarios que conllevan.
Pese a las declaraciones contra la discriminación de la comunidad LGTB realizadas por la ministra de Salud, el ex-primer ministro australiano es contrario al matrimonio igualitario y ha impedido que el tema sea tramitado en el Parlamento mediante un proyecto de ley.
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