La OMS redefine la transexualidad y ahora la llama “incongruencia de género”
Los colectivos trans aplauden que la OMS deje de considerar la transexualidad una patología, pero lamentan que no den el paso definitivo y reconozcan la parte social del problema.
Incongruencia de género.
Ése es el nuevo término con el que la OMS ha dicho que hay que referirse a partir de ahora cuando hables de las personas trans.
La Organización Mundial de la Salud publicará en 2018 la nueva edición de su manual de enfermedades. Es la edición que sustituirá a la actual, que está vigente desde 1990 y fue en la que se dejó de considerar la homosexualidad como una enfermedad. La exigencia de que al OMS dejara de considerar la transexualidad como una patología y pasara a reconocerla como una de las diversas formas de la sexualidad humana es una de las más importantes y ansiadas por la comunidad trans, pero en la OMS parece que no se atreven a dar el paso definitivo y no entendemos muy bien por qué.
A partir de ahora la transexualidad seguirá formando parte de la Clasificación Internacional de Enfermedades, aunque ahora cambia de epígrafe y pasa a ser considerada un “trastorno de la personalidad y el comportamiento“. Tendrá su propio subcapítulo, el de los “trastornos de la identidad de género“, se llamará “incongruencia de género” y formará parte de las “condiciones relativas a la salud sexual“; junto a conceptos como las “disfunciones sexuales“.
Sí, estamos un poco igual. Pero básicamente significa que aunque no se considere una enfermedad, se tratará como un factor que influye “en el estado de salud“, por lo que ha de existir contacto con los servicios de salud. El cambio es definitivo, se publicará en 2018 y tardará entre uno y dos años en implementarse.
A partir de ahora la transexualidad -tanto para adultos como para adolescentes- será “una incongruencia marcada y persistente entre el género experimentado del individuo y el sexo asignado, que a menudo conduce a un deseo de ‘transición’ para vivir y ser aceptado como una persona del género experimentado a través del tratamiento hormonal, la cirugía u otras prestaciones sanitarias para alinear el cuerpo, tanto como se desee y en la medida de lo posible, con el género experimentado. El diagnóstico no puede asignarse antes del inicio de la pubertad. El comportamiento y las preferencias de género por sí solas no son una base para asignar el diagnóstico.” Parece una definición bastante más aceptable y sobre todo muchísimo más acertada.
La parte buena es que sí, la transexualidad ya no se percibe como una enfermedad que tiene que ser diagnosticada y tratada. La diputada del PSOE en la Asamblea de Madrid, Carla Antonelli, ve este cambio como un “paso importante que por fin se da“, aunque lamenta que la nueva definición no diga que la transexualidad es, simplemente, “una manifestación más de la diversidad del ser humano“ y que reconozca el derecho a la “autodeterminación de género“. Pero como dice la propia Antonelli, es una pena que se siga “hablando de diagnóstico” y añade que “la definición debería reflejar que el malestar o el sufrimiento que pueden sentir muchas personas trans vienen dados por condiciones y presiones sociales.”
En general los colectivos trans coinciden con Antonelli, están contentos con este cambio del manual de la OMS aunque se lamentan de que no se haya dado el paso definitivo. En un artículo para ElDiario.es, Mar Cambrollé (portavoz de la Asociación de Transexuales de Andalucía) explica que a pesar del cambio las identidades trans seguirán siendo patologizadas porque “la ‘incongruencia de género’ también evita diagnosticar a las personas trans sólo por quienes son, atendiendo más bien al malestar que pudiera causar la incongruencia entre la identidad de género y el modo en el que se encarna.” Y de nuevo coincide con Galofre: “sólo se puede patologizar la incongruencia a través de invocar implícitamente un ideal cisexista de congruencia.”
Por cierto, para entenderlo todo mejor es conveniente leer el citado artículo de Cambrollé y luego releerlo sustituyendo las referencias a la transexualidad por homosexualidad. Es muy esclarecedor.
El cambio de la OMS, eso sí, divide la “incongruencia de género” de adolescentes y adultos de la “incongruencia de género en la infancia” y, sobre todo, recomiendo que cuando se hable de cuestiones trans se evite fervientemente hablar de “trastorno mental“.
Fuente: ElDiario.es, vía EstoyBailando
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