El obispo anglicano de Norwich, Graham James, califica el matrimonio igualitario como una “moda”
La Iglesia de Inglaterra ha reiterado que el matrimonio es únicamente la unión entre un hombre y una mujer, alegando que las relaciones homosexuales no deben inscribirse bajo dicha denominación. La organización religiosa, en base a dicha postura, continuará sin celebrar matrimonios homosexuales en
La Iglesia de Inglaterra se resiste a llevar a cabo los cambios internos necesarios para poner fin a la discriminación que históricamente a llevado a cabo en contra del colectivo LGTB.
Desde la organización religiosa, después de un amplio debate interno en torno a si deben cambiar para adecuarse a la realidad legislativa de Reino Unido, país que permite el matrimonio homosexual, ha optado por continuar evitando dichas uniones.
La Iglesia de Inglaterra ha expresado que el matrimonio debe ser la unión exclusiva entre un hombre y una mujer, alegando que el acceso de las parejas homosexuales a dicha denominación denigra a la misma.
Desde la organización religiosa han calificado como una “moda” el avance imparable del derecho de las parejas homosexuales a contraer matrimonio. Dicho derecho ya está reconocido en gran parte de Europa y en la totalidad de Estados Unidos, entre otras regiones que permiten tales uniones.
“No debemos adaptar nuestra doctrina a las modas de un momento determinado”, dijo el homófobo obispo de Norwich, Graham James, perteneciente a la citada Iglesia de Inglaterra.
El obispo de Norwich, al igual que hace la Iglesia Católica, ha empleado un doble lenguaje al referirse a la comunidad LGTB y a su aceptación por parte de las organizaciones religiosas.
Graham James ha expresado al respecto que, aunque la Iglesia de Inglaterra debe continuar impidiendo en sus instalaciones la realización de matrimonios homosexuales, “debemos mantener un tono amigable y una cultura de acogida y apoyo” hacia hombres y mujeres homosexuales.
Reino Unido permite que las parejas formadas por personas del mismo sexo contraigan uniones civiles desde el 18 de noviembre de 2004, gracias a un proyecto de ley que se aplicó a la totalidad del país.
El matrimonio homosexual en el país tiene una historia mucho más reciente, habiendo entrado en vigor en Inglaterra y Gales el 29 de marzo de 2014, después de que la reina Isabel II sancionara la ley el 17 de julio 2013.
El Parlamento de Escocia, el día 4 de febrero de 2014, también se pronunció a favor del reconocimiento del derecho de las parejas homosexuales a contraer matrimonio.
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