Celebran en Noruega la primera boda religiosa entre dos homosexuales
Un minuto después de que entrara en vigor el matrimonio igualitario en la Iglesia Luterana de Noruega, una pareja gay se da el sí quiero.
El pasado 30 de enero, el Sínodo General de la Iglesia de Noruega aprobó, por 83 votos de 112 posibles, la institución de un rito litúrgico para celebrar matrimonios entre personas del mismo sexo. La decisión entró en vigor el 1 de febrero, permitiendo que por fin hayan comenzado a celebrarse bodas entre personas del mismo sexo en el país escandinavo. El Sínodo ya había aprobado en 2016 el matrimonio religioso igualitario, pero faltaba el último paso: ponerlo en práctica. Tras entrar en vigor la nueva liturgia, ya han comenzado a celebrarse bodas religiosas entre parejas del mismo sexo.
Según los medios locales, la primera pareja en hacer uso de ese derecho fue la formada por Kjell Frølich Benjaminsen, de 63 años, y Erik Skjelnæs, de 70, que después de 30 años de vida en común han podido dar el paso que siempre quisieron. Kjell Frølich Benjaminsen y Erik Skjelnæs llevan 36 años siendo pareja. Y ahora están casados, por la Iglesia, gracias al nuevo lenguaje que la Iglesia Luterana de Noruega (a la que dice pertenecer tres cuartos de la población) ha adoptado en sus ceremonias. “Estamos un poco chapados a la antigua. Además, la fe cristiana es una parte importante de nuestras vidas”, han argumentado, al ser preguntados por las razones por las que dan el paso después de treinta años de vida en común.
La norma entró en vigor el miércoles 1 de febrero a las doce de la noche, y un minuto después Kjell y Erik se daban el sí quiero en la parroquia de Eidskog delante de la pastora Bettina Eckbo.
Kjell y Erik se dan el sí quiero frente a la pastora Bettina Eckbo. (Foto: Fredrik Varfjell / NTB)
“Ha sido divertido formar parte de algo tan acogedor. (Kjell y Erik) Representan los valores en los que se basa el matrimonio, la fidelidad y el apoyo mutuo en los días buenos y en los malos“, declaró la pastora Eckbo.
Ha sido un proceso largo y no exento de dificultades. En 2014, el Sínodo General rechazó por un estrecho margen el matrimonio igualitario, pese a que un año antes ocho de los doce obispos se habían mostrado a favor. Para evitar una escisión, sus miembros acabaron aceptando la bendición de las parejas del mismo sexo pero sin casarlas. Dos años después en abril del año pasado, ese mismo Sínodo se abrió por fin a la realidad de los tiempos y lo aprobó (meses antes los obispos noruegos lo habían recomendado por unanimidad). Y aunque los clérigos que no quieran celebrar estos matrimonios podrán continuar sin hacerlo, se arbitrarán las medidas necesarias para que todas las parejas tendrán el derecho de contraer matrimonio en sus parroquias locales. Durante la conferencia anual de la Iglesia, los miembros del clero aprobaron la celebración de matrimonios homosexuales pero no se ponían de acuerdo en cómo utilizar el lenguaje para sustituir el “marido” y “mujer” por palabras que reflejaran la neutralidad de género. Al final la solución ha sido no utilizar los términos “marido” ni “mujer“.
“Este es el día en que una oración y un sueño se han hecho realidad. No se debería dar la espalda a ninguna pareja”, dijo Gard Sandaker-Nilson, sacerdote y líder de la Iglesia Pública Abierta, un movimiento dentro de la Iglesia Luterana a favor de cambiar estas reglas.
La Iglesia de Noruega, pese a haber perdido su condición tradicional de religión de Estado en 2012, sigue siendo la más importante del país. Antes de plantearse el matrimonio igualitario, esta iglesia ya permitía la ordenación de sacerdotes abiertamente homosexuales desde 2007. Noruega aprobó el matrimonio igualitario civil en 2008, cuando se convirtió en el sexto país del mundo y primero nórdico en reconocer este derecho, pero optó por no permitir las bodas religiosas hasta 2016, cuando, finalmente, se dispuso que aunque los miembros del clero no están obligados a oficiar matrimonios entre personas del mismo sexo, las parejas sí tienen el derecho a casarse en una iglesia de su elección, y ahora la Iglesia noruega se consolida así como la tercera gran confesión luterana de la región en adoptar esta decisión: La Iglesia de Suecia fue pionera con una decisión histórica de su Sínodo en 2009 y la Iglesia de Dinamarca siguió sus pasos tras la aprobación del matrimonio igualitario en este país en 2012. La Iglesia de Islandia, por su parte, celebra de facto bodas entre personas del mismo sexo, sin que haya mediado decisión explícita alguna, al limitarse, como iglesia de Estado, a aplicar la ley de matrimonio igualitario aprobada por el Parlamento islandés en 2010 (aunque ha habido quejas de discriminación, que en 2015 llevaron a la obispa de Islandia a aclarar que los ministros de su Iglesia no pueden negarse a aplicar la ley), y se une para formalizar también el matrimonio religioso a la Iglesia Episcopal de EE.UU, la Iglesia Protestante Unida de Francia y a la Iglesia Presbiteriana de EE.UU., la inclusiva Iglesia Unida de Cristo o algunas corrientes cuáqueras, que a imitación de sus correligionarios del Reino Unido ya celebraban bodas entre personas del mismo sexo). Son confesiones que, en conjunto, cuentan con millones de fieles y una larga historia.
Y… dos gays se han casado por la Iglesia en Noruega y … colorín cololorado… el suelo no se abrió para tragárselos a todos directos al infierno ni Dios ha bajado del cielo para castigarles con siete plagas. Y es que, al fin y al cabo, tener fe no implica ser un patético homófobo.
Fuente: Reuters, The Local, vía EstoyBailando/Dosmanzanas/Cristianos Gays
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