Trabajadores de la Paz
Hasta que no haya paz entre las religiones no podrá haber paz en el mundo (Hans Küng).
29 de enero, IV domingo del TO
Mt 5, 1-12
Dichosos los que trabajan por la paz, porque se llamarán hijos de Dios
La paz es un tema recurrente a la Biblia. En el AT es un concepto que pertenece al orden familiar, social, político y religiosos. No solo dice ausencia de guerra sino que incluye, de algún modo, la prosperidad, plenitud, bendición de Dios. Hay una paz cósmica (Oseas 2, 20 “Aquel día haré en su favor una alianza con los animales salvajes, con las aves del cielo y los reptiles de la tierra”, y una paz histórica Lev 26, 6: “Pondré paz en el país y dormiréis sin alarmas”); el reino mesiánico será reino de paz (Is 9, 5): “Príncipe de la paz”, dice Isaías. Hay una paz falsa, que es la injusticia establecida Ez 13, 10-12, dice de los falsos profetas y profetisas: “Habéis extraviado a mi pueblo, anunciando paz cuando no había paz, y mientras ellos construían la tapia, vosotros la ibais enluciendo”; porque la verdadera paz está ligada a la justicia (Sal 85, 11: “Bondad y Lealtad se encuentran, Justicia y Paz se besan”; Is 60, 17: “Te daré por magistrado la paz y por gobernador la justicia”). La paloma de la paz en el diluvio.
En el NT es un saludo hebreo –Shalom–, cristiano y apostólico; es eficaz (Mt 10, 13: “Cuando entréis en una ciudad o aldea, preguntad por alguna persona respetable y hospedaos con él hasta que os marchéis. Al entrar en la casa, saludadla con la paz”. Se anuncia en el nacimiento (Lc 2, 14: “Al instante se juntó al ángel una multitud del ejército celeste, que alababa a Dios diciendo: “¡Gloria a Dios en lo alto, y en la tierra paz a los hombres que él ama!”), se canta en la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén (Lc 19-38: “Y decían: Bendito sea el rey que viene en nombre del Señor: Paz en el cielo, gloria al Altísimo”, es saludo del resucitado (Lc 24, 36: “Estaban hablando de esto, cuando se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: La paz sea con vosotros, don del Espíritu (Rom 8, 6: “El instinto tiende a la muerte, el Espíritu tiende a la vida y la paz”. Consecuencia de la nueva justicia: Incluye la paz con Dios (Rom 5, 1 “Pues bien, ahora que hemos sido justificados por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de Jesucristo nuestro Señor”. En la Iglesia (Ef 2, 14): “Él es nuestra paz, el que de dos hizo uno, derribando con su cuerpo el muro divisorio”. Heb 12, 14: “Buscad la paz con todos y la santificación, sin la cual nadie puede ver a Dios”.
El sacerdote despide a sus fieles de la misa diciendo: “La paz está –esté, dice fray Marcos- con vosotros”.
En su obra El milagro de Mindfulness, Thich Nhat Hanh (5 Libros) dice: “Hablamos de ayudar a la sociedad, a las personas, a la humanidad, a los que están lejos, a llevar la paz al mundo, pero solemos olvidar que sobre todo debemos vivir para las personas que hay a nuestro alrededor”. Hans Küng extiende este deber a todos y, principalmente, a las religiones, que tanto dolor y muerte han desencadenado en la historia: “Hasta que no haya paz entre las religiones no podrá haber paz en el mundo”.
Como el Monje deThich Nhat Hanh, os deseamos que en el corazón de todos, la flor de la paz florezca hermosamente.
EL MONJE
El novicio recitaba melodiosamente los poéticos versos que acompañaban el repicar de la campana:
“Al oír la campana siento cómo las aflicciones en mi interior
empiezan a disolverse.
Mi mente alcanza la calma, mi cuerpo se relaja y
una sonrisa brota en mis labios.
Siguiendo el sonido de la campana, mi respiración me guía
de regreso a la isla segura de la atención plena.
En el jardín de mi corazón, la flor de la paz
florece hermosamente”.
Vicente Martínez
Fuente Fe Adulta
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