Los obispos de México y Estados Unidos, unidos contra la construcción de muro en la frontera
Joe Vásquez, obispo de Austin: “Pondrá innecesariamente en peligro las vidas de inmigrantes”.
Anuncian que seguirán “apoyando cercana y solidariamente” a los migrantes a ambos lados
(Jesús Bastante/Agencias).- Los obispos mexicanos y estadounidenses se han unido en contra del muro con el que Donald Trump quiere “proteger” a su país de la inmigración. En dos comunicados, los prelados del norte y el sur del Río Grande mostraron su “profundo dolor” por el anuncio del presidente de EE.UU., que “pondrá innecesariamente en peligro las vidas de inmigrantes”.
En su nota, la Conferencia del Episcopado Mexicano calificó el muro de “inhumana interferencia” en la vida de millones de personas. Al tiempo, advierte a Trump que la Iglesia, en México o en EE.UU. “seguirá apoyando cercana y solidariamente“ a los migrantes a ambos lados de la frontera, como llevan haciéndolo desde hace más de dos décadas.
“Expresamos nuestro dolor y rechazo a la construcción de este muro, e invitamos respetuosamente a hacer una reflexión más profunda acerca de los modos como puede procurarse la seguridad, el desarrollo, la activación del empleo y otras medidas, necesarias y justas, sin provocar más daños de los que ya sufren los más pobres y vulnerables”, afirma el comunicado de la CEM.
“Seguiremos apoyando cercana y solidariamente a tantos hermanos nuestros que provienen de Centro y Sudamérica, y que van en tránsito a través de nuestro país hacia Estados Unidos”, recalca el episcopado mexicano, que concluye pidiendo a las autoridades del país que continúen “en la búsqueda de acuerdos” que el país vecino para que “se salvaguarde la dignidad y el respeto” de los migrantes, quienes sólo buscan “mejores oportunidades de vida”.
Por su parte, los obispos de Estados Unidos señalaron que la construcción del muro prometido por Trump en la frontera con México “aumentará significativamente la detención y deportación de inmigrantes” y hará “caso omiso de la sentencia de cumplimiento de la ley estatal y local sobre la mejor manera de proteger a sus comunidades”.
El obispo Joe Vásquez, presidente del Comité de Migración y Obispo de la Diócesis de Austin, declaró: “Estoy descorazonado porque el presidente ha dado prioridad a construir un muro en nuestra frontera con México“ y porque “esta acción pondrá innecesariamente en peligro las vidas de inmigrantes”.
“La construcción de ese muro solo hará que los migrantes, especialmente las mujeres y niños, sean más vulnerables a los traficantes y a los contrabandistas” dijo. Y añadió que “la construcción de un muro de tales dimensiones desestabiliza a muchas comunidades vivas y muy bien conectadas entre ellas que viven en paz a lo largo de la frontera”.
“En lugar construir ahora muros, mis hermanos obispos y yo continuaremos a seguir el ejemplo de Francisco. Nosotros buscaremos construir puentes entre las personas, los puentes que nos permiten romper las barreras de la exclusión y la explotación“, indicó.
Consideró además que “el anunciado incremento de espacio de detención para inmigrantes y las actividades de control de la inmigración es alarmante”, porque “desgarrará a familias y provocará miedo y pánico en las comunidades”.
“Respetamos el derecho de nuestro gobierno federal de controlar nuestras fronteras y garantizar la seguridad para todos los estadounidenses, pero no creemos que una acción en gran escala para la detención de inmigrantes y el creciente intensivo uso de control en comunidades inmigrantes sea el camino para obtener esas metas”, afirma el obispo.
“Seguiremos -concluye el comunicado- apoyando y solidarizándonos con las familias inmigrantes. Recordamos a nuestras comunidades y a nuestra nación, que estas familias tienen un valor intrínseco como hijos de Dios. Y a todos los afectados por la decisión de hoy, de que estamos aquí para caminar con ellos y acompañarlos en esta ocasión”.
Mensaje de los obispos mexicanos:
Con profundo dolor, a través de los medios de comunicación recibimos la noticia sobre la orden ejecutiva que el Presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump, firmó para dar inicio a la construcción del muro fronterizo.
Los Obispos de la frontera norte de México y la frontera sur de Estados Unidos hemos venido trabajando, desde hace más de veinte años, por la mejor atención a los fieles que habitan dos países hermanos, enmarcados propiamente en una sola ciudad; comunidades de fe atendidas por dos Diócesis (como Matamoros y Brownsville o Laredo y Nuevo Laredo, por ejemplo).
Lo primero que nos duele es que muchas personas que viven su relación de familia, fe, trabajo o amistad, quedarán bloqueadas aún más por esta inhumana interferencia.
Unimos nuestro pensar y sentir a lo expresado por el Obispo Joe Vasquez, Presidente del Comité de Migración de la Conferencia del Episcopado Americano (USCCB) y Obispo de la Diócesis de Austin, quien declaró:
“Estoy desalentado porque el Presidente (Donald Trump) ha priorizado la construcción de un muro en nuestra frontera con México. Esta acción pondrá las vidas de inmigrantes innecesariamente en peligro. La construcción de ese muro sólo hará que los migrantes, especialmente las mujeres y los niños vulnerables, sean más susceptibles a los traficantes y contrabandistas. Además, la construcción de tal muro desestabiliza a muchas comunidades llenas de vida y bellamente interconectadas que habitan pacíficamente a lo largo de la frontera. En vez de construir muros, en este momento, mis hermanos obispos y yo seguiremos actuando a ejemplo del Papa Francisco. Queremos construir puentes entre personas, puentes que nos permitan romper los muros de la exclusión y de la explotación”.
Como Iglesia que camina en México seguiremos apoyando cercana y solidariamente a tantos hermanos nuestros que provienen de Centro y Sudamérica y que van en tránsito a través de nuestro país hacia los Estados Unidos. Expresamos nuestro dolor y rechazo a la construcción de este muro, e invitamos respetuosamente a hacer una reflexión más profunda acerca de los modos como puede procurarse la seguridad, el desarrollo, la activación del empleo y otras medidas, necesarias y justas, sin provocar más daños de los que ya sufren los más pobres y vulnerables.
Pedimos a nuestras autoridades que en los diálogos y búsqueda de acuerdos con los Estados Unidos, aboguen por caminos justos, que salvaguarden la dignidad y el respeto a las personas, sin importar su nacionalidad, credo y, sobre todo, apreciado la riqueza que aportan en su búsqueda de mejores oportunidades de vida. Cada persona tiene un valor intrínseco e invaluable como hijo de Dios.
Respetamos el derecho del gobierno de los Estados Unidos de cuidar sus fronteras y sus ciudadanos, pero no creemos que una aplicación rigurosa e intensiva de la ley, sea la manera de alcanzar sus objetivos, y que por el contrario estas acciones son generadoras de alarma y temor entre los inmigrantes, desintegrando muchas familias sin mayor consideración.
Que nuestra Madre de Guadalupe, Emperatriz de toda América, acompañe a quienes tienen la responsabilidad de las negociaciones en ambos países, y que Ella, “la que está mirando bien a todas las naciones” (Nican Mopohua), brinde consuelo y protección a nuestros hermanos migrantes.
+ Guillermo Ortiz Mondragón
Presidente de la Dimensión Episcopal de Movilidad Humana de la CEM
y Obispo de Cuautitlán.+Alfonso G. Miranda Guardiola
Secretario General de la CEM
y Obispo Auxiliar de Monterrey.
***
Comentarios recientes