La Audiencia Provincial de Asturias confirma la condena a tres años de prisión para los autores de una agresión homófoba
La condena de tres años de cárcel que el juzgado de lo penal número uno de Gijón impuso a los dos jóvenes que perpetraron un ataque homófobo contra otro joven en un bar de Fomento acaba de ser confirmada por la sección octava de la Audiencia Provincial de Asturias. La condena se convierte en una de las primeras en nuestro país en la que la homofobia se convierte en un agravante. Una sentencia que hay que aplaudir puesto que se encarga de hacer justicia con la víctima. No debemos olvidar que a día de hoy, dos años y medio después del ataque, la víctima aún presenta secuelas importantes.
La Audiencia Provincial de Asturias ha confirmado la condena a tres años de prisión para Alejandro Alonso y Jesús Jiménez, autores de una brutal agresión homófoba ocurrida en Gijón en 2014. Los jueces han rechazado las alegaciones de la defensa, respaldando el agravante de homofobia establecido por la sentencia del Juzgado de lo Penal el pasado mes de junio. Los dos agresores deberán ingresar inmediatamente en prisión. La víctima, por su parte, aún sufre secuelas físicas y psicológicas.
En mayo de 2014 recogimos la noticia de la agresión sufrida por el joven Marcos Villanueva, denunciada por el colectivo LGTB asturiano XEGA. Días después recogíamos las detenciones del primer y del segundo agresor por parte de la Policía Nacional.
Los hechos tuvieron lugar en la madrugada del 13 de mayo en el Blow-Up, un local de copas de la zona de Fomento, en Gijón. Agresores y víctima se habían conocido poco antes en la calle, donde confluyeron dos grupos de jóvenes. Fue al conocer la orientación sexual de Marcos cuando Alejandro Alonso y Jesús Jiménez desencadenaron la agresión. “Iba con una amiga, nos preguntaron si éramos novios y yo dije que no, que ella llevaba 15 años con su novio y que yo era maricón”, declaró Marcos posteriormente ante el juez. Una naturalidad que enfureció a los agresores, que le propinaron varios golpes y le rompieron la mandíbula.
Por aquella fractura, Marcos tuvo que ser ingresado en el Hospital de Cabueñes e intervenido quirúrgicamente. Tras la intervención, quedaron graves secuelas: no puede masticar con normalidad, debe extremar el cuidado al bostezar y le ha quedado una cierta asimetría facial, con el consecuente perjuicio estético. Pero posiblemente las peores han sido las secuelas psicológicas. A Marcos, que nunca hasta entonces había tenido problemas por su visibilidad, ahora le cuesta más demostrar su cariño hacia otros hombres en público.
La primera sentencia estableció el carácter homófobo de la agresión
Dos años después, en julio de 2016, tuvo lugar la vista en el Juzgado de lo Penal número 1 de Gijón. Afortunadamente, el juez no cayó en la trampa de los agresores, que intentaron justificarse mediante la ya vieja táctica del “pánico gay”. “Coincidimos fuera de un bar. No le conocía de nada, pero ahí ya noté las miradas. Cuando fuimos al baño me tocó el culo, intentó ligar conmigo y le agredí. Reaccioné mal pero no soy homófobo, pido perdón”, aseguró uno de ellos durante el juicio.
La argumentación fue rechazada por el juez: “No existiendo ningún incidente previo, ni provocación alguna por el agredido, la consecuencia lógica que se infiere es que la agresión vino motivada por su previa manifestación de ser homosexual”. El magistrado consideró probado el carácter homófobo de la agresión, que había quedado registrada por las cámaras de seguridad del local.
La condena impuesta fue rotunda: tres años de prisión para cada uno, además de indemnizar a Marcos Villanueva por sus lesiones con 18.565 euros, y al Servicio de Salud del Principado de Asturias con 4.827 euros. Hay que tener en cuenta, además, que ambos acusados contaban ya con antecedentes penales.
Confirmación de la Audiencia Provincial
Tras la sentencia, Alejandro Alonso y Jesús Jiménez presentaron el correspondiente recurso, que ha sido resuelto este 17 de enero por la sección octava de la Audiencia Provincial de Asturias, con sede en Gijón. El tribunal ha rechazado la apelación de los acusados, y ha confirmado la sentencia a tres años de prisión dictada por el Juzgado de lo Penal, al considerar que está plenamente fundamentado el agravante por homofobia.
Según los magistrados, “si los hoy apelantes no se conocían con anterioridad al día de autos, si la víctima les dijo que era homosexual y fue increpado por ello y si no se ha acreditado otro motivo que pudiera explicar la agresión es lógico concluir que esta se produjo por la tendencia sexual del denunciante“. Para el grupo de jueces, “en este caso la prueba es tozuda”. Los acusados deberán ingresar inmediatamente en prisión.
No cabe más que congratularse por la decisión de la Audiencia Provincial de Asturias, dado que aún hay muchos estamentos judiciales, desde las fiscalías a los propios jueces, que se muestran reacios a aplicar los agravantes por LGTBfobia establecidos por la ley.
Moderada satisfacción de la víctima
Cuando se dio a conocer la primera sentencia, Marcos Villanueva, que actualmente estudia y trabaja en Nueva York, hizo unas declaraciones mostrando su moderada satisfacción, con la esperanza de que le ayudase a cerrar este capítulo de su vida. “Necesitaba que la justicia me lo confirmara. Sí que me reconforta el hecho de que van a pagar con privación de libertad lo que han hecho, aunque tampoco tengo claro que les vaya a servir de nada”, aseguró. El joven confiaba en superar poco a poco lo sucedido, y, pese a sus reticencias actuales a la hora de, por ejemplo, mostrar cariño a otro hombre en público, seguía empeñado en mantenerse visible como una forma de compromiso.
Felicitamos tanto a Marcos, por su valentía, como al colectivo XEGA, primero que denunció lo sucedido y hacia el que el propio joven tuvo palabras de agradecimiento. Y no podemos dejar de destacar la buena labor de la Policía Nacional de Gijón, que ya desde el primer momento dejó constancia del carácter homófobo de la agresión.
Fuente Dosmanzanas/Chueca
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