El Gobierno de Sri Lanka rechaza despenalizar las relaciones homosexuales
El Gobierno de Sri Lanka, uno de los más de 70 países y territorios del mundo que en sus textos legales criminalizan las relaciones homosexuales, ha rechazado de forma expresa modificar la situación. “Incluso en Europa hay países muy católicos que no apoyan la homosexualidad. Nosotros, que somos un país budista, también estamos en contra de ella”, ha declarado Rajitha Senaratne, ministro de Sanidad y portavoz del Gobierno del país asiático.
El artículo 365 del Código Penal de Sri Lanka, heredado de la época colonial británica, castiga explícitamente el “coito carnal contra natura con hombre, mujer o animal” con pena de cárcel que puede llegar a los diez años. El artículo 365 A, por su parte, castiga los actos de “indecencia grave”, ya sean cometidos en público o en privado, con penas que puede llegar a los dos años de cárcel.
Dos artículos que convierten en ilegales los actos homosexuales, algo que el Gobierno de Sri Lanka quiere mantener inalterado. Es por eso que ha procedido a la eliminación de las alusiones a la no discriminación por razones de orientación sexual que habían sido incluidas en el Plan de Acción sobre Derechos Humanos 2017-2020, al considerar que ello hubiera dado argumentos a los partidarios de despenalizar la homosexualidad ante los tribunales.
Las explicaciones del portavoz del Gobierno, Rajitha Senaratne, no dejan por otra parte lugar a dudas sobre la hipocresía de la postura gubernamental. Tras argumentar que “incluso en Europa hay países muy católicos que no apoyan la homosexualidad” y que “nosotros, que somos un país budista, también en estamos en contra de ella”, el también ministro de Sanidad ha restado importancia a la criminalización, argumentando que nadie va a meterse en los espacios privados de la gente para saber si mantienen o no relaciones homosexuales. “No estamos deteniendo a nadie por esto. Es algo que no se hace a la vista. ¿Cómo puede alguien probarlo?”, ha declarado.
Lo cierto es que, aunque en la práctica dichos artículos no se apliquen, su mera existencia sigue constituyendo una espada de Damocles sobre el colectivo LGTB de Sri Lanka y les deja en situación de absoluta desprotección ante el acoso y la discriminación. Baste recordar lo que le ocurrió al ministro de Exteriores, Mangala Samaraweera, que simplemente por votar contra una propuesta homófoba de Rusia en Naciones Unidas (Rusia quería evitar que la institución reconociese las uniones del mismo sexo contraídas por sus empleados) fue acusado por otro parlamentario del delito de “indecencia grave”. Cuál no será la situación, por tanto, para una persona LGTB.
Fuente Dosmanzanas
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