El sobrino de Harvey Milk augura “tiempos de oscuridad” para las personas LGTB con Trump
Stuart Milk ha hecho un llamamiento al colectivo LGBT y a la comunidad global a permanecer vigilantes ante el auge de populismos como Donald Trump o Marine Le Pen por considerarlos “un ataque a la humanidad“.
Stuart Milk, sobrino del fallecido político estadounidense comprometido con la causa homosexual Harvey Milk, augura que se avecinan “tiempos de oscuridad e incertidumbre” tras la elección del republicano Donald Trump como presidente de su país.
“Cualquiera que minusvalora a las mujeres o a los inmigrantes es un problema para la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales porque somos mujeres y somos inmigrantes”, señala el abogado, activista y presidente de la Fundación Harvey Milk.
Explica que Donald Trump no ha sido “duro” con los derechos del colectivo LGBT, pero recuerda que el vicepresidente electo, Mike Pence, como gobernador de Indiana aprobó una de las normas más “odiosas” de los últimos años, la ley de libertad religiosa, con la oposición de los moderados de su partido, el sector empresarial y los activistas LGBT. Esta ley permitía, por razones de credo religioso, denegar un servicio a una persona por ser homosexual.
Milk indica que Trump ha dicho que el matrimonio entre personas del mismo sexo está legalizado en los Estados Unidos, pero recuerda que esta decisión fue adoptada por el Tribunal Supremo por tan solo un voto de diferencia.
“Solo nos queda un voto para perder el matrimonio gay”, advierte el activista, quien apunta que el Tribunal Supremo de los Estados Unidos ha tenido una historia de adelantos y retrocesos en materia de derechos civiles.
Llama al colectivo LGBT y a la comunidad global a permanecer vigilantes ante el auge de los populismos, como los de Donald Trump o Marine Le Pen, en cualquier lugar del mundo, donde esas voces suponen “un ataque a la humanidad”.
Asegura que la masacre que acabó con la vida de 49 personas en el club de ambiente gay Pulse en Orlando (Florida) en junio de 2016 dejó sumidos en la desolación a los activistas, aunque no les sorprendió, porque los delitos de odio todavía se cometen en todo el mundo.
“Si dejamos de vivir nuestra vida, ganan quienes promueven el odio y el uso de la violencia”, afirma Milk, antes de subrayar que el miedo a un ataque terrorista “no puede detener” la celebración del World Pride -la fiesta del orgullo más importante del mundo, que este año ha elegido Madrid como sede, y dentro de cuyo programa se incluye la conferencia por los derechos humanos.
Contará, del 23 de junio al 2 de julio, con la participación de gente joven de todo el planeta, que por primera vez en su vida experimentará esperanza y se sentirá incluida, asevera Milk.
Expone que, en ocasiones, existe la percepción de que hay un aumento de los ataques homofóbicos y los delitos de odio porque hay más denuncias y tienen más visibilidad, pero destaca la importancia de continuar trabajando para combatir el discurso del odio mediante la educación.
“Tenemos mucho trabajo por hacer, pero no estamos solos”, agrega Milk, quien sostiene que la lucha por la igualdad de todos los grupos que sufren discriminación, como las mujeres, la comunidad africana o el colectivo LGBT, está entrelazada.
Su mensaje para los jóvenes LGBT es el mismo que le transmitió su tío, que deben aceptarse a sí mismos, en primer lugar, y si es seguro, deben ser visibles, porque “si dedicas una buena parte de tu vida a esconder quién eres, si no muestras autenticidad al mundo, tu propósito y tu pasión no van a verse satisfechos”. Y cita un refrán de los nativos norteamericanos: “Tú y todas tus diferencias son la medicina que va a sanar el mundo”.
La Fundación Harvey Milk, creada por Stuart Milk, trabaja por los derechos del colectivo LGBT especialmente en aquellos países donde sufre persecuciones, cárcel y muerte.
Nacido el 22 de mayo de 1930, Harvey Milk fue el primer concejal de distrito homosexual de la ciudad de San Francisco, un cargo que ejerció solamente durante once meses, hasta que fue asesinado en noviembre de 1978 en un despacho del Ayuntamiento. El presidente de EEUU, Barack Obama, le concedió en 2009 a título póstumo la Medalla de la Libertad, el más alto honor civil en Estados Unidos.
Fuente Cáscara Amarga
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