“Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto
KÉNOSIS
Entra en picado
por aquella kenosis
que el Verbo aventuró
desnudamente,
de abismo en abismo,
hasta el foso fecundo de la muerte.
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Pedro Casaldáliga
El Tiempo y la Espera, Sal Terrae, 1986
***
En aquel tiempo, fue Jesús de Galilea al Jordán y se presentó a Juan para que lo bautizara. Pero Juan intentaba disuadirlo diciéndole:
– “Soy yo el que necesito que tú me bautices, ¿y tú acudes a mí?”
Jesús le contestó:
– “Déjalo ahora. Está bien que cumplamos así lo que Dios quiere.”
Entonces Juan se lo permitió. Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrió el cielo y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él. Y vino una voz del cielo que decía:
– “Este es mi hijo, el amado, mi predilecto.”
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Mateo 3,13-17
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