La Puerta de Navidad. Un pequeño pregón, un compromiso
Han querido cerrarla algunos (citaré a continuación tres casos), borrando así la memoria de aquellos que promueven el Misterio de la Vida. Pues bien, en defensa de esa vida, Mabel y yo queremos abrir un año más la Puerta de la Navidad.
Por eso evocamos esta la Puerta de la Esperanza, horadada en la peña, como Portal de Belén (por ahora vacío, no han llegado María y Jose), para que todos los hombres y mujeres, y en especial los niños pueden tener casa, familia y pan, como la casa de la imagen infantil… un espacio de calor, con algunos juguetes, pero, sobre todo, con amor y paz profunda, en esperanza.
Han querido cerrar la Navidad muchas veces, pero no lo consiguieron, ni tampoco lo conseguirán ahora. Algunos se llaman cristianos, pero quizá no lo son, pues son servidores del poder y del dinero, de su propio deseo egoísta, y no les interesen de verdad los niños, todos los niños del mundo (con familia, casa, escuela y perspectiva de futuro, en Belén o Siria, en Kinshasa o Nueva Delhi).
Nació una vez Jesús, y para siempre, hace más de dos mil años, y seguirá naciendo en nosotros, en todos, el Niño de Dios, que es el hombre/mujer verdadero, el Príncipe de la Paz, aquel que nos llevara por esa Puerta en la Roca (Atxular Atea), al gran valle de la Vida que es valle lado del Amor y de la Libertad.
— No nos quitarán la Navidad, a pesar de los faraones y los reyes del poder militar y económico como Acaz o como Herodes, o como los que hoy quieren resolver sus problemas con bombas y metralla, matando ante todo a los niños (los que más sufren las guerras).
— No nos robarán la Navidad, a pesar de que un tipo de sociedad de injusticia hace que mueran cada día miles de niños, a pesar de otros muchos no puedan pasar por la puerta de la roca al valle del amor, a la casa infantil, de la segunda imagen, con calor de vida, con familia, con amigos.
— No la robarán, si nos comprometemos a mantenerla y celebrarla, una vez más, este año 2016/2017y si vivimos para que vivan los niños, abriendo para ellos y con ellos una puerta de esperanza, como esa Puerta de Esperanza de Atxular (Atxular Atea) en la dura roca de mi pueblo, Orozko.
Con este deseo, Mabel y yo queremos felicitaros a todos vosotros, lectores de este blog, y en especial a los hermanos, parientes y amigos de siempre, que nos acompañéis para mantener abierto (con oración y compromiso de vida), entre todos, este camino de la esperanza de Jesús, que es la Navidad.
1. Intentó suprimir la Navidad el Faraón, hacia el siglo XII a. C.
No quería que nacieran más hebreos, hombres de una raza y tradición de esclavos, emigrantes sin derechos insumisos a su imperio. Por eso mandó que los mataran antes de nacer o los echaran después a las corrientes del Nilo. Pero hubo una mujer que se enfrentó y que conservó a su niño mientras pudo, dejándolo después en un arca flotante sobre el agua para que lo viera algún egipcio y tuviera compasión.
Pero lo vio la hija del Rey Faraón y lo cuidó en su casa. Ésta fue la Primera Navidad de la historia israelita, la Navidad de una extranjera, una egipcia, junto al duro Nilo, río de promesas y de muertes. Por eso, cuando los cristianos celebramos el Nacimiento de Jesús, recordamos a Moisés, liberador de los hebreos. Aquel Faraón no pudo matar la Navidad, pero su hija se opuso al Faraón, su madre, y acogió al niño hebreo, como si fuera propio, el niño de la “patera” del niño, el hebreo odiado… para cuidarlo en su casa de mujer, de amiga, de Madre…
Por eso, ella, la Noble Egipcia… que obedecer a la voz de la vida, no a la ley faraón, con Moisés, el liberado de la patera, siguen celebrando con nosotros la Navidad.
2. Quiso suprimirla también el rey Acab, el año 733 a. C.
El rey fuerte de Jerusalén, conocido por su astucia de político, no quería nacimientos de niños como aquel en la ciudad sitiada. Por eso rechazó el signo del profeta, no deseaba que nacieran con los niños más problemas, hasta que el mundo cambiara… Sólo quería y buscaba soldados capaces de empuñar las armas y matar a los contrarios, matando así la Navidad.
Pero Isaías se elevó sobre la gran muralla y dijo: «¿No te cansas de oponerte a Dios? A pesar de que tú eres sólo un rey muerte, Dios te ofrece una señal de Vida: La muchacha está encinta y dará a luz en medio de la guerra y llamara a su Hijo Emmanuel, Dios con nosotros, y lo educará para que sea Dios de libertad».
Ésta fue la Segunda Navidad en el centro de la historia israelita, porque un profeta se opuso al rey oficial… porque una mujer no obedeció el mandato de los opresores. Nació el Emmanuel de Jerusalén, siervo de Dios y profeta de su pueblo, y los judíos conservaron y conservan su esperanza de Navidad, a pesar de la violencia de muchos sus reyes, como dice el libro de Isaías.
3. Quiso matar la Navidad el rey Herodes, el año 6. a. C.
Nació aquel año Jesús, Yoshua el Nazareo, y el rey Herodes, a quien visitaron los magos de oriente para informarse de suceso, intentó matarle. No quería Navidad, sino reinar él sólo y para siempre sobre un reino de muerte. Para asegurar ese reinado y tener la certeza de que había aniquilado al Mesías, mató a los inocentes de Belén y de su entorno, viniendo a convertirse así en rey sin niños, sobre un mundo de poder, carente de esperanza.
Por eso, el mismo historiador Josefo, un judío fino, trata a ese Herodes casi como un cerdo… alguien que sólo quiere comer y mandar a costa de los otros, matando a todos los niños que pudiera constituir un día un peligro (mató a casi todos sus hijos y descendientes…, destruyó a su pueblo, por reinar el mismo, pactando siempre a su favor con los romanos).
Pero el Dios de los niños de la Navidad protegió al Niño, y con él protegió a José y María para que pudieran sacarle escondido de la tierra baldía de Herodes. Aquel rey violento, lo mismo que el Cesar de Roma, sólo querían celebrar su nacimiento. Pero Dios mantuvo su promesa, de manera que la Navidad de Hijo pudo y puede celebrarse todavía como fuente de esperanza en todo el mundo.
4. Quieren suprimir la Navidad los poderes de muerte, este cambio de año 2016/2017 d. C.
Quieren suprimirla aquellos que convierten la tierra en territorio de puro consumo y violencia, al servicio de unos privilegiados, mientras cada día mueren más de 30.000 niños, unos sin haber nacido (por aborto), otros muchos por violencia, por hambre o por guerra. Esos niños sin Navidad, como los hebreos de Egipto, los israelitas del tiempo de Acaz o los betlemitas del tiempo de Herodes, están en el corazón de Dios; por eso los debemos recordar en estas fiestas.
Quieren destruir la Navidad los que envenenan el corazón de los mayores… convirtiendo las fiesta de Dios en puro consumo de algunos, mientras otras (muchos, muchos…) siguen estando sin nada en un mundo lleno de luces de comercio de la Navidad del Consumo, mientras crece o se mantiene la navidad de negro oscuro de la guerra la pobreza de las mayorías.
Pero, a pesar de eso, Dios ha querido y quiere que nazcan y sean acogidos muchos más niños. Con ellos y por ellos celebramos un año más el Nacimiento del Niño Dios, manteniendo con él la esperanza de Dios sobre la tierra. Quieren impedir la Navidad, pero ha nacido Yoshua el Emmanuel y con él queremos que nazcan y viva todos los niños del mundo. A favor de esos niños que mueren queremos celebrar la Navidad, para que un día todos puedan vivir, cuidados como fue cuidado Yoshua Nazareo, el Betlemita, al servicio del amor, que es la vida de Dios entre los hombres.
Mabel y Xabier
23 del XII del 2016
San Morales, junto al Tormes
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