Arrestan a 13 personas en Yakarta ante la sospecha de que estuvieran celebrando una «fiesta sexual»
La policía arresta a 13 hombres en un apartamento de Yakarta después de que 50 miembros del grupo extremista Frente de los Defensores del Islam denunciara que estaba teniendo lugar una peligrosa «fiesta sexual».
La Policía de Yakarta ha detenido a 13 hombres el pasado sábado por participar en una supuesta “fiesta sexual gay”. La detención se produjo a iniciativa de varios miembros del Frente de Defensores del Islam, aunque en ese territorio de Indonesia una actividad de ese tipo no constituiría ningún delito, por lo que ni la propia Policía sabe aún qué cargos podrán presentarse. Los hechos son un reflejo más de la ola de LGTBfobia que recorre Indonesia.
Según declaraba el portavoz de la Policía de Yakarta, Raden Prabowo Argo Yuwono, un miembro del Frente de Defensores del Islam, que vigilaba las redes sociales, tuvo noticia el pasado sábado de que en unos apartamentos del sur de Yakarta se planeaba una supuesta “fiesta sexual gay”. A pesar de que no había pruebas sólidas ni evidentes de que se estuviera cometiendo ningún crimen, unos 50 miembros del Frente de Defensores del Islam (FPI) irrumpen en un apartamento del complejo de apartamentos de la ciudad de Kalibata, induciendo a la policía a detener a 13 personas, convencidos de que estaban celebrando una «fiesta sexual». La turba irrumpió en el apartamento a las 11 y media de la noche al grito de “Alá es grande” y acorraló a los allí aterrorizados presentes. A medianoche llegaron las fuerzas del orden, acompañadas del propio equipo de seguridad del edificio, y procedieron a la detención de los 13 hombres. Raden Prabowo Argo Yuwono, portavoz de la policía de Yakarta, declaraba el domingo, 27 de noviembre, que el incidente había comenzado después de una circular sobre la fiesta sexual fuera recibido por uno de los miembros del FPI, quien, antes de informar a la Policía de Panconran, se acerca hasta la dirección indicada en el mensaje, donde se encuentra con un grupo de hombres sin camiseta.
Acompañados por la policía y el personal de seguridad del edificio, la multitud entra en el apartamento y los agentes de policía se llevan a las personas que allí se encuentras bajo custodia. Sin embargo, el portavoz de la policía ha explicado que todavía están investigando si habrían cometido algún crimen realmente, puesto que los únicos artículos confiscados durante la redada fueron smartphones, preservativos y medicinas, concretamente, antirretrovirales para pacientes con VIH. «En realidad, no fueron detenidos, tan sólo retenidos para ser interrogados sobre las actividades que estaban llevando a cabo. Al no haber evidencia de actividades criminales, fueron enviados a sus casas», explica el portavoz de la policía.
Nada de ello es constitutivo de delito en Indonesia, donde las relaciones homosexuales tan solo están penadas en las provincias de Aceh y Sumatra Meridional. Sin embargo, en los últimos tiempos no son extrañas las detenciones de personas LGTB por presión de los grupos ultrarreligiosos.
Varios grupos que trabajan en la defensa de los derechos humanos han manifestado su sorpresa y su indignación ante lo que consideran una violación de la privacidad, por lo que a quienes deberían haber detenido es a los miembros del FPI. «Para una agencia gubernamental que permita que tal cosa suceda, es aterrador. Es una advertencia para esta nación», dijo Hartoyo, director de Our Voice.
El FPI es un grupo radical, conocido por irrumpir en bares y clubes nocturnos. Además de presionar para evitar que estrellas pop, como Lady Gaga, actúen en Indonesia, han prometido continuar con este tipo de acciones. «Desde su nacimiento, el FPI ha luchado, y lo seguirá haciendo en el futuro, para defender lo que es bueno y para prohibir lo que es malo para la sociedad a toda costa», declara Novel Bamukmin, secretario general de este grupo radical en Jakarta. Bajo la mirada pusilánime del gobierno y la policía, el grupo ha endurecido su línea de acción, volviéndose poco a poco más peligroso para grupos minoritarios, como los hindúes, las sectas islámicas más pequeñas y la comunidad LGBT.
Human Rights Watch publicó un informe en agosto de 2016 titulado Estos juegos políticos arruinan nuestras vidas: la comunidad LGBT de Indonesia bajo amenaza, que detalla el fuerte crecimiento del sentimiento contra la comunidad LGBT en Indonesia.
Indonesia, un infierno para la diversidad LGTB
No se puede negar la belleza natural de Indonesia, un país de postal que oculta en su interior un infierno para la comunidad LGTB. Sin ir más lejos, el pasado mes de febrero dosmanzanzanas publicaba un post recogiendo cómo la oleada de virulenta homofobia y transfobia se abre paso a un ritmo preocupante en Indonesia. Publicábamos entonces que políticos y líderes religiosos se turnan con declaraciones incendiarias que estigmatizan cada ver más a la población LGTB.
Recordemos que la provincia autónoma de Aceh (en la zona norte de Sumatra) aprobó en septiembre de 2014 una penosa ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de recibir cien azotes en público con una vara de ratán. La legislación entraba en vigor en octubre de 2015. Ese mismo mes nos hacíamos eco de la detención de dos jóvenes lesbianas (de 18 y 19 años) por abrazarse públicamente y confesar que eran pareja. Según el jefe de la policía islámica las chicas serían “sometidas a rehabilitación con la participación de psicólogos en dependencias sociales”.
Indonesia presenta una realidad muy diferente para su comunidad LGTB dependiendo de la región. Formalmente, la homosexualidad no es delito en el país con mayor número de fieles musulmanes del mundo, que mantiene un código penal heredado de la época colonial neerlandesa. La excepción es Aceh, donde desde 2005 rige la sharia o ley islámica gracias a la autonomía que le fue concedida al firmar la paz con los separatistas, poco después del tsunami que asoló la región. Pero la influencia islamista se deja sentir también en otros lugares de Indonesia. La de Aceh es desde luego la peor situación, puesto que como decíamos arriba la homosexualidad no es formalmente delito en el resto del país. Ello no significa que en otras partes sea buena. En 2004, las autoridades municipales de Palembang, en Sumatra Meridional, dictaron por ejemplo una regulación en la que aglutinaban la actividad de las personas LGTB como “prostitución”. En virtud de ese reglamento, todas las personas acusadas de cometer cualquiera de esas actividades se enfrentan a la perspectiva de un máximo de seis meses de prisión o 5.000.000 de rupias (360 euros, 380 dólares) de multa.
En otras zonas existe una actitud algo más tolerante, especialmente en zonas urbanas como Yakarta. Con todo, la influencia de los islamistas más radicales se hace sentir cada vez más.En la propia Yakarta, la capital, las autoridades prohibieron en 2012 un concierto de Lady Gaga, abanderada de los derechos LGTB, por considerarla un personaje diabólico y antirreligioso.
Los fundamentalistas también han obligado a cancelar una reunión de la división asiática de la ILGA (International Lesbian and Gay Association) en Surabaya y han amenazado a los organizadores del Q! Film Festival, un festival de cine LGTB, por mencionar otros dos ejemplos.
En marzo de 2015, el Consejo de Ulemas de Indonesia dictó una fetua en la que se exigía que los actos homosexuales sean castigados con la pena de muerte. Aunque el Consejo de Ulemas no tiene ningún poder legislativo o ejecutivo en Indonesia, su influencia social es elevada.
Indonesia también votó el pasado 2014 en contra de la resolución del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas contra la homofobia y la transfobia y ha sido calificado, por su propia población, como un mal lugar para vivir si eres gay o lesbiana (solo un 2% opina lo contrario) en una encuesta de Gallup.
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