El futuro vicepresidente de Estados Unidos cree que los gays pueden ser “curados”
Durante su campaña y después de su victoria en las elecciones, Donald Trump no se ha guardado las opiniones homófobas, sexistas, racistas y xenófobas. Es por eso que el historial del futuro vicepresidente, Mike Pence, no ha llamado tanto la atención. Pero debería.
Ya que Pence será el encargado de la política interna y externa de los Estados Unidos, vale la pena recordar la acción que tomó contra la comunidad LGBTQ cuando fue gobernador de Indiana: apoyar abiertamente las terapias de conversión.
En el sitio de su campaña de 2000 para el congreso, Pence escribió que “los recursos deben dirigirse a las instituciones que asisten a quienes buscan cambiar su conducta sexual”. O sea, a aquellos centros que ofrecen terapias de conversión.
La terapia de conversión es una práctica ineficaz para cambiar la orientación sexual de una persona de homosexual a heterosexual. Incluye métodos forzados como el exorcismo y la terapia de choque y puede tener consencuencias como depresión, ansiedad, drogadicción y suicidio. Está prohibida en cinco estados: California, Oregon, Illinois, Vermont y Nueva Jersey.
Pence no sólo cree que la homosexualidad puede ser curada a través de terapias inhumanas. En el sitio de su campaña también declaró que “El congreso debe oponerse a cualquier esfuerzo por colocar las relaciones homosexuales en un estatus legal igual que el de los matrimonios heterosexuales” y “El congreso debe rechazar cualquier intento de reconocer a los homosexuales como una minoría que merezca la protección de leyes antidiscriminación similares a aquellas dirigidas a las mujeres y minorías étnicas”.
En 2015, Pence firmó un acta de libertad de culto que permite a los negocios discriminar a sus clientes por motivos de orientación sexual. Más tarde se retractó cuando la ley se cambió para no permitir ningún tipo de discriminación.
Fuente Soy Actitud
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