FE
Estamos en momentos en que no sabemos cómo anunciar el evangelio y menos aún cómo conseguir que las personas lo acepten y queden enamoradas de Jesús de Nazaret.
Me parece interesante el reconocer la verdad de nuestra situación eclesial. Es un primer paso. Y si no sabemos, ya estamos en buen camino. La debilidad, la pequeñez es un paso gigante para vivir el Evangelio. Reconocer con sinceridad que hoy no interesa la fe.
Pero he de ser sincero. No disimular. Es cierto que las personas siguen acudiendo y participando cuando se trata de actos religiosos, procesiones, romerías… Pero descubrir, conocer, enamorarnos de Jesús y vivir según los criterios de Él, eso ya es más complicado
Buen momento para contemplar, calar y limpiar el trigo de paja.
Es un primer paso. Y me encantó oír a un obispo decir: “no sabemos cómo anunciar hoy el evangelio de una forma eficaz”
Voy ansiosamente intentando buscar experiencias de una pastoral nueva, y me resulta muy difícil: cambiamos formas, actos, estilos… Pero creo que hay que llegar a cambiar los contenidos, mucho más allá de unas guitarras. Muchas frases de nuestro Credo, hoy resultan muy áridas “engendrado, no creado, de la misma naturaleza que el Padre”. Y así podríamos decir muchas expresiones. Es cierto que son manifestaciones de fe, que en su momento decían mucho a los creyentes. Pero hoy, sin discutir esas expresiones, creo que sería muy positivo manifestar nuestra fe con contenidos sobre todo del evangelio, no de filosofía. ¿Por qué no recordamos a Jesús en sus palabras, hechos, presencia, entrega? Eso nos anima mucho más.
Ya el Nazareno dijo expresiones poco filosóficas pero muy humanas: eran las parábolas y su forma de predicar y de hacer.
Siento que la vida cristiana la hemos hecho girar en torno a la Eucaristía, pero vivida desde la transustanciación. ¿Podríamos enfocar la Presencia de Dios en todas las personas, realidades, acciones desde su actuar? Lo dice bellamente el prefacio “En El vivimos, nos movemos y existimos y todavía peregrinos en este mundo, no solo experimentamos las pruebas cotidianas de su amor, sino que poseemos ya en prenda la Vida Futura, pues tenemos las primicias del Espíritu que resucitó a Jesús de entre los muertos “
Yo veo que mi misión como animador de la fe es acompañar a descubrir a Dios en Jesús Resucitado en todas las cosas. Y así mi vida es experimentar en todo a Jesús. A veces digo que debiéramos dedicarnos a hacer de radar para experimentar al Dios vivo.
Cómo cambia la vida al sentir que Jesús me habita y me mueve. Una gran tarea descubrirlo y dejarme impulsar.
Se dice: “Jesús está en la Eucaristía, pero sacramentalmente”. En mi pueblo hay mucha agua debajo de la tierra, una gran balsa. Si perforo con cualquier cosa, brota el agua. Si perforo desde la fe, siento a Jesús en todo y en todos. Los sacramentos son vivencias del Dios que está ahí.
De esa forma cambia mi fe y mi forma de acompañar a las personas a descubrir y vivir la vida cristiana. Ver la vida desde el Dios que la habita.
Como descubridor de Jesús, le puedo ver en todo lo positivo, que es muchísimo y que inunda la vida. Encuentro un camino interesante: buscar, sentir y vivir la Salvación. Aquí encuentro un camino distinto para los cristianos y para los animadores de la fe.
Gerardo Villar
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