El Parlamento inglés no aprueba la “Ley Turing”
El gobierno británico consigue “tumbar” la Ley Turing en el Parlamento para poder seguir adelante con su propuesta menos ambiciosa.
Hace unos días que todo el mundo está hablando de la Ley Turing celebrando que el gobierno inglés se ha propuesto emitir un perdón para los hombres que tienen en sus antecedentes una condena por, básicamente, ser gay. Pero el otro día te explicábamos que hay una confusión: la Ley Turing no es una idea del gobierno conservador inglés sino de un ministro del Partido Nacional Escocés, y lo que realmente quiere hacer el gobierno es una enmienda en la legislación criminal.
Hay una gran diferencia entre la Ley Turing y esa enmienda del gobierno. La primera busca que todo el que fuera condenado antes de que se despenalizara la homosexualidad en Inglaterra en 1967 reciba un indulto, esté esa persona viva o muerta; el gobierno por el contrario sólo pretende amnistiar a los que estén muertos y revisar caso por caso las condenas de aquellos hombres que aún estén vivos y lo soliciten, para evitar que se indulte a personas condenadas por delitos que hoy en día siguen siendo eso, un delito. El problema, básicamente, es que si te condenaron en 1966 por tener sexo gay y fue en un baño público, vas a seguir condenado porque echar un polvo en un lavabo público sigue siendo delito hoy en día en Reino Unido.
John Nicholson, el diputado que presentó la conocida como “Ley Turing”, defendía su propuesta como una oportunidad para ofrecer un cierre a las heridas que la legislación previa a 1967 crearon en muchos hombres gays y bisexuales; pero el gobierno conservador no quiere ir tan lejos para evitar, como explicó el Ministro de Justicia Sam Gyimah, que “personas culpables de ofensas que hoy aún son crímenes sean absueltas.”
La Ley Turing (la de verdad, la de John Nicholson) no ha sido aprobada en el parlamento. Esto también te lo explicamos el otro día, pero ahora tenemos los vídeos y la confirmación. Y no es que el parlamento votara en contra de la legislación, sino que no se pudo votar porque el Ministro Gyimah alargó todo lo que pudo su intervención para agotar el tiempo disponible para votar y así asegurarse de que la propuesta no se aprobaba. Lo que se conoce como filibusterismo.
Eso llevó a que algunos parlamentarios, sobre todo los del Partido Nacional Escocés, gritaran “Vergüenza” durante su intervención. “Por supuesto que apruebo las intenciones tras la ley del Sr. Nicholson, pero me preocupa que no haya pensado bien las consecuencias” explicó Gyimah, “nuestra forma será más rápida y más justa.”
Nicholson defendió su propuesta acusando primero al gobierno de copiar su iniciativa y descafeinarla, y preguntando al parlamento si “¿No deberíamos priorizar a los vivos sobre los muertos?“. Nicholson trabajó en los años 90 como periodista para la BBC y fue al realizar un documental sobre las leyes que criminalizaban a los hombres gays y descubrió muchas injusticias, como casos en los que se arrestaba a hombres de 21 años por tener sexo con su novio de 20 años. Así que su ley buscaba actuar en casos muy determinados como aquellos que habían sido condenados por tener sexo con una pareja consentida mayor de 16 años, los que no habían sido acusados de ofensas sexuales en público o los que por cualquier motivo hoy no habrían sido condenados.
Pero a Gyimah debió darle miedo que esa ley (que no es la del gobierno) se aprobara y decidió no permitir que se votara alargando su discurso.
Por otro lado el diputado laborista Chris Bryant ofreció un emotivo discurso recordando a todos los políticos ingleses, gays y bisexuales, que en la década de 1930 fueron los primeros en promover la lucha contra los Nazis y que, para él, merecen algo más que un indulto, merecen una disculpa.
Puedes ver la sesión completa de votación en el Parlamento inglés (con sus broncas y todo) en este enlace.
En ese mismo sentido se han pronunciado varios activistas LGTB ingleses que aunque celebran el hecho de que el gobierno esté dispuesto a dar un paso adelante para limpiar los antecedentes de los casi 50.000 hombres condenados bajo esas leyes, creen que se ha de ir más allá de un simple indulto y reconocer oficialmente que nunca hicieron nada malo, que no debieron ser condenados y ofrecerles una disculpa oficial.
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