El arzobispo Norberto Rivera cuestiona que la homosexualidad no sea una enfermedad
Mientras esteenergúmerno no sea cesado, Francisco es cómplice de la Homofobia que supura esta iglesia mexicana…
Norberto Rivera, arzobispo mexicano, se ha encargado de prender la mecha que los sectores más retrógrados del país llevan meses tratando de avivar. Una reacción violenta y anacrónica contra la intención de Enrique Peña Nieto, presidente mexicano, de legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo. El arzobispo mexicano, Norberto Rivera, publica un artículo en el semanario Desde la fe, que posteriormente elimina, en el que cuestiona que la homosexualidad no esté catalogada como una enfermedad, llegando a a firmar que los hijos de parejas homoparentales son más susceptibles de tener problemas de autoestima y ser víctimas de abusos sexuales.
La Iglesia Católica en México tiene una rara manera de demostrar que no es homofóbica ni incita a la violencia. Desde el semanario Desde la Fe, dirigido por el arzobispo Norberto Rivera, que cuestiona que existan evidencias médicas que respalden la decisión de la Organización Mundial de la Salud de retirar la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales en 1974. En realidad se trata de un respuesta a la revelación de nombres de miembros del clero homosexuales por parte del Frente del Orgullo Nacional MX, cumpliendo su amenaza de persistir el Frente Nacional por la Familia con las Marchas por la Familia programadas para el 10 y el 24 de septiembre.
La Iglesia Católica tiene un enorme poder en México. Tanto, que puede permitirse hacer constantes injerencias al gobierno liderado por Enrique Peña Nieto y esconder sus constantes escándalos de pederastia con una enorme facilidad.
Ante la cada vez más cercana aprobación del matrimonio igualitario por parte del gobierno mexicano, las jerarquías católicas han decidido mostrar sus garras con una virulencia inusitada.
A través del semanario ‘Desde la fe’, que está dirigido por el arzobispo del país, se ha expuesto los motivos por los que la iglesia se opone al matrimonio igualitario y las adopciones por parte de las parejas homoparentales con un discurso repleto de violencia y de graves y peligrosas falsedades. Y con un titular que ha conseguido levantar ampollas al afirmar que: ”un niño tiene más posibilidades de sufrir abusos sexuales de un padre homosexual”.
Como en otros países ha sucedido, las jerarquías eclesiásticas mexicanas rechazan la ideología de género indicando que “en donde se ha impuesto esa ley, quien expresa su desacuerdo enfrenta multas y cárcel. Han sido ya encarcelados dueños de hoteles que no admiten homosexuales en sus habitaciones y padres de familia que se oponen a que a sus niños les enseñen en la escuela que la homosexualidad es natural”.
En cuanto a la adopción homoparental, el cardenal ha sostenido que “está probado que los hijos de padres homosexuales sí son afectados: en su autoestima, en su identidad sexual, en su estabilidad emocional, en su rendimiento escolar, etc. Un niño tiene más posibilidades de sufrir abusos sexuales de un padre homosexual”.
Rivera ha subrayado además que existen “incontables estudios científicos que muestran que los homosexuales son quienes más padecen y contagian enfermedades de transmisión sexual”.
“Dicen que es falso que la Organización Mundial de la Salud haya retirado en 1974 la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales debido a la presión del lobby gay. Dicen que esa decisión estuvo respaldada por un estudio de tres décadas ¿Dónde está ese estudio, supuestamente iniciado en 1944, en plena Segunda Guerra Mundial? (…) Tendría que haber sido muy famoso e importante, y haber sido dado a conocer, pero no lo fue porque no existe”, exponen en el semanario.
A la demagogia de lo que expone hay que sumar la descarada tergiversación cuando afirman que la OMS indica que las personas homosexuales no están enfermas pero que “luego se desdicen admitiendo que sí presentan problemas de salud, pero que estos no se deben a su orientación sexual (…). Eso es falso. Incontables estudios científicos muestran que los homosexuales son quienes más padecen y contagian enfermedades de transmisión sexual”. Por si no fuera suficiente, también asegura que los hijos de padres homosexuales tienen problemas de “autoestima, en su identidad sexual, en su estabilidad emocional, en su rendimiento escolar” y según ellos «estudios serios» certifican que un niño tiene más posibilidades de sufrir abusos sexuales de un padre homosexual.
Es posible que no se acordara de las palabras que les dedicara a los niños que fueron víctimas de sacerdotes pederastas, estos sí, enfermos según él, explicando a los niños que pronto iban a olvidar lo que les había pasado. También es posible que el arzobispo se viniera arriba tras escuchar la bendición semanal del Papa Francisco en la que expresado su apoyo a los obispos mexicanos y los ciudadanos que se oponen a la legalización del matrimonio igualitario para escribir su difamatorio artículo, porque ha terminado eliminándolo, aunque después de que varios medios se hicieran eco de sus palabras. “Me asocio de buena gana a los Obispos de México para sostener el compromiso de la Iglesia y de la sociedad civil en favor de la familia y de la vida, que en este tiempo requieren de especial atención pastoral y cultura en todo el mundo», decía el Sumo Pontífice, recalcando que su oración es en favor del pueblo de México «para que cese la violencia que ha golpeado también a algunos sacerdotes”.
Una auténtica bomba de relojería contra el colectivo LGTB que, desde esta humilde redacción, esperamos que les termine explotando en las manos.
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