Ban Ki-moon abronca a los países lgtbfóbicos de la ONU
Ban Ki-moon, el actual secretario general de las Naciones Unidas, dejará el cargo a finales de este año tras un mandato bastante complicado. Y parece que el buen hombre estaba un poco hasta los mismísimos porque en su último discurso a los países pertenecientes a las Naciones Unidas se ha quedado muy a gusto.
“En demasiados lugares vemos a líderes que reescriben constituciones, que manipulan elecciones y que dan otros pasos desesperados para agarrarse al poder. Los líderes deben entender que su puesto es una confianza que les da la gente, no una propiedad personal” dijo Ki-moon, que aprovechó para hablar sobre la situación del planeta y echó la bronca a Sudán del Sur por traicionar a su pueblo, a Corea del Norte por hacer pruebas nucleares mientras su gente pasa hambre, a Bachar al Asad por haber matado a más civiles que nadie en la guerra de Siria y a otras potencias que “siguen alimentando la maquinaria de guerra” en ese país y que tienen “sangre en sus manos“.
Pero además de hacer (y pegar) un buen repaso a la situación de los gobiernos del mundo, Ki-moon dedicó gran parte de su discurso a la situación del colectivo LGTB. Curiosamente en los medios generalistas no he visto ni una puta mención a este tema, y no porque haya sido una mención de refilón: Ban Ki-moon dedicó una parte sustancial de su discurso a los derechos LGTB aunque en El Mundo o El País, por el motivo que sea, pasen olímpicamente del tema.
Y es curioso, porque aunque no mencionó a ningún estado directamente, sí dejó caer varias bombas que a más de uno le debieron sentar como el culo (¡Hola, Rusia!). Atento a lo que dijo:
Cuando me convertí en Secretario General no sabía mucho sobre este desafío. Aprendí escuchando. Todo aquél al que le falte entendimiento debería escuchar atentamente. Los hechos son perturbadores.
Cada año, cientos de personas son asesindas, miles son heridas de gravedad, y millones viven sus vidas bajo la sombra de la discriminación y la desaprobación. Eso es indignante. Muchos gobiernos se niegan a reconocer los abusos contra los derechos humanos que sufren las personas LGTB, o a aceptar la responsabilidad para acabar con esos abusos.
Varios países cargan contra la marea de la historia con nuevos castigos draconianos por ser gay, o incluso sólo por hablar de ser gay.”
Me preocupan especialmente los niños y los jóvenes que son acosados en los colegios, echados de sus casas o que viven en la calle.
Estos abusos sólo terminarán cuando los países tomen medidas concretas para proteger a la gente: nuevas leyes, políticas y programas. Para eso hace falta liderazgo y compromiso para trabajar con las comunidades afectadas.
Le pregunto a todos esos que utilizan argumentos religiosos o culturales para arrebatar a las personas LGTB sus derechos humanos: ¿Qué ganáis haciendo que otros sean menos iguales? ¿Es vuestra religión o vuestra cultura tan débil que la única manera de sostenerla es negar a otros sus derechos básicos? No hay lugar en el siglo XXI para la discriminación basada en la orientación sexual o la identidad de género.”
Recuerda, amiga, que aunque la ONU a veces parece que no sirve para nada ha sido bajo el mandato de Ban Ki-Moon que se creó la primera comisión de vigilancia sobre derechos LGTB y además se igualaron los derechos de los trabajadores del colectivo con los de sus colegas heterosexuales. Y por eso Ki-moon sabe muy bien lo que cuesta hacer las cosas bien:
Hablar claramente tiene un coste político. Un coste que estoy orgulloso de pagar. Yo mismo he sido criticado por mucha gente alrededor del mundo, por muchos estados miembros. Puede que no sepáis lo mucho que he luchado y he sido criticado por algunos de esos estados.
Cuando tomé la decisión administrativa de igualar los derechos salariales y beneficios a las parejas homosexuales, incluso aunque sus países de origen no los reconocieran, las Naciones Unidas lo reconocieron. Sin importar lo que hicieran sus países natales, las Naciones Unidas los reconocían.
Por supuesto hay muchos luchadores por los derechos humanos que han pagado precios mucho más altos.”
Para terminar, Ki-moon se despidió dejando un mensaje bien claro a su sucesor (que se elegirá el mes que viene):
Siempre lucharé por la igualdad de los miembros LGTB de nuestra familia humana. Este trabajo no me dejará cuando deje la oficina, y no debería dejar la oficina del Secretario General cuando yo me vaya. El liderazgo es esencial, y no necesitas estar en un puesto de poder para mantener una posición noble. Inspirémonos en aquellos individuos alrededor del mundo que ponen en riesgo sus vidas para asegurar sus derechos; y dejemos un mundo más libre e igualitario para las futuras generaciones.
En el Consejo de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, más de cien países han aceptado recomendaciones dirigidas a proteger a las personas LGTB de la discriminación. En algunos casos el punto de partida ha sido descriminalizar las relaciones homosexuales. En el último año, tres países más han abandonado las sanciones criminales siguiendo recomendaciones de la ONU: Mozambique, las Seychelles y Nauru. Aplaudo su liderazgo.
Muchos tienen nuevas leyes para detener la discriminación, castigan los crímines de odio y restringen los discursos de odio. Vemos nuevas medidas para acabar con el bullying y ofrecer formaciones. Casi 40 países reconocen ahora legalmente las uniones entre parejas del mismo sexo. Algunos están mirando cómo facilitar a las personas trasngénero que su género sea legalmente reconocido.
Esos enormes avances ocurrieron gracias a valientes individuos que se alzaron por aquello que era correcto.”
Por cierto, que Ki-moon no fue el único que dio su último discurso en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Barack Obama también se dirigió por última vez a los estados miembros y también hizo amplias referencias (que seguramente no has leído en muchos diarios) a los derechos del colectivo. Por ejemplo:
No creo que el progreso sea posible si el deseo por preservar nuestras identidades cede al impulso de deshumanizar o dominar a otro grupo. Si nuestra religión nos lleva a perseguir a los que tienen una fe diferente, si encarcelamos o apalizamos a los que son gays, si nuestras tradiciones llevan a que las niñas no vayan al colegio, si discriminamos en base a la raza la tribu o la etnia… Entonces los frágiles lazos de la civilización se romperán.
El mundo es demasiado pequeño, estamos todos muy apretados como para permitirnos excusarnos en esas antiguas formas de pensamiento.”
Fuente: Gay Star News | Pink News, vía Estoy Bailando
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