Chelsea Manning interrumpe su huelga de hambre tras el compromiso de que podrá acceder al tratamiento de reasignación de sexo
Tras confirmarse que podrá acceder a los procedimientos de reasignación de sexo que necesita, la soldado Chelsea Manning ha abandonado su huelga de hambre. Un paso más en la lucha denodada que mantiene contra la intransigencia de la administración militar penal, que no solo se niega reiteradamente a facilitar tratamientos, sino que incluso se resiste a reconocer su identidad de género. Solo a través de demandas, o de métodos tan drásticos como una huelga de hambre, Chelsea Manning consigue finalmente que las autoridades militares respeten sus derechos humanos. Unas autoridades que pretenden someterla a una junta disciplinaria por intentar suicidarse el pasado mes de julio.
Chelsea Manning inició el pasado 9 de septiembre una huelga de hambre, en protesta por la negativa de las autoridades militares a que se sometiera a cirugía de reasignación de sexo. Aunque el procedimiento fue recomendado el pasado mes de abril por el propio equipo médico militar, los mandos se mostraban inflexibles. Mientras ella pedía públicamente ayuda, desde ACLU (la mayor asociación estadounidense de defensa de los derechos civiles, cuyo equipo legal llevó el caso de Manning en los tribunales), hizo público el siguiente comunicado:
Desde que fue ingresada en prisión bajo custodia en 2010, Manning, una mujer transexual, se ha visto obligada a cumplir su sentencia en una prisión estrictamente masculina, ha sido sometida a largos períodos de confinamiento en solitario durante su consejo de guerra, y se le ha negado el tratamiento médico relacionado con su identidad de género. El 9 de septiembre, ha comenzado una huelga de hambre para exigir, entre otras cosas, que se le administren los tratamientos y cuidados médicos recomendados para su proceso de reasignación de sexo.
Tras darse a conocer públicamente la huelga de hambre, los mandos militares rectificaron, y se han comprometido a que se lleven a cabo todos los procesos médicos necesarios. La soldado expresaba su satisfacción mediante este mensaje público:
Estoy infinitamente aliviada de que el ejército finalmente esté haciendo lo correcto. Los aplaudo por ello. Esto es todo lo que quería, que me dejen ser yo misma. Pero es difícil dejar de preguntarse por qué han tardado tanto tiempo. Y también, por qué eran necesarias medidas tan drásticas. La cirugía se recomendó en abril de 2016. Las recomendaciones para poder dejarme el pelo largo se dieron en 2014. En cualquier caso, espero que esto siente un precedente para los miles de personas trans que están esperando que se les dé el tratamiento que necesitan.
Chase Strangio, abogado de la ACLU, también se congratulaba de la nueva decisión, pero a su vez criticaba con indignación que las autoridades militares continúen acosando a la soldado, y que incluso pretendan someterla a una junta disciplinaria por un intento de suicidio:
Este es un día fantástico para Chelsea, que al fin puede disfrutar de un poco de paz sabiendo que la atención médica que necesita críticamente está al llegar. Esta atención médica es absolutamente vital para Chelsea, igual que lo es para muchas personas transexuales —dentro y fuera de la prisión— a quienes se les niega sistemáticamente el tratamiento, únicamente por ser transexuales. Afortunadamente, el Gobierno ha reconocido su obligación constitucional de proporcionar a Chelsea la atención médica que necesita, y esperamos que actúen sin demora para asegurar que su sufrimiento no prosigue innecesariamente.
Sin embargo, es preocupante que el Gobierno siga insistiendo en que seguirá haciéndole cumplir las normas sobre longitud de corte de pelo masculino, y que la someterán a una junta disciplinaria por cargos administrativos relacionados con su intento de suicidio de julio, que fue ocasionado por la negativa del gobierno a tratar de manera adecuada su identidad de género. Dado el reconocimiento de las necesidades de atención sanitaria de Chelsea, esperamos que se le permita inmediatamente dejarse crecer el pelo en consonancia con las normas de las presas militares femeninas, y que se abandonen todos los cargos relacionados con su intento de suicidio y la investigación subsiguiente.
En agosto de 2013, Chelsea Manning fue sentenciada a 35 años de cárcel por filtrar a la web WikiLeaks un gran número de documentos que comprometían a la diplomacia estadounidense. Desde el día siguiente a su condena, la soldado se declaró públicamente como una mujer transexual, expresando su intención de iniciar el tratamiento hormonal necesario. Sin embargo, tuvo que demandar al Gobierno estadounidense por la negativa de las autoridades penitenciarias a ofrecerle la asistencia precisa para su reasignación. Finalmente, en abril de 2015 consiguió la autorización del Gobierno e inició el tratamiento hormonal. Las autoridades militares se negaron incluso a reconocer su nombre de mujer, hasta que en abril de 2014 un juez de Kansas lo decretara, tras la correspondiente demanda.
Y es que, como denunciaba Chase Strangio, a pesar de todas las sentencias y dictámenes, Chelsea Manning sigue recluida en un centro penitenciario para varones, y se le niegan derechos como el de poder dejarse el pelo largo, como se permite a las mujeres reclusas, aunque el equipo médico lo haya recomendado. Los continuos castigos a un durísimo aislamiento por las faltas más leves y la lucha continuada por ejercer sus más elementales derechos, condujeron a Chelsea Manning a un intento de suicidio el pasado mes de julio, por el que ahora quieren juzgarla.
Fuente Dosmanzanas
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