Ambición y Generosidad
“Si quieres aprender el arte de reinar, comienza por preocuparte de sostener al pobre” (Idomeneo a su hijo Idamante.)
18 septiembre, domingo XXV del TO
Lc 16, 1-13
No podéis estar al servicio de Dios y del dinero
Aunque en el Sermón de las Bienaventuranzas, Jesús dice que el Reino de los cielos es de los humildes y sencillos, este reino no se puede construir con ingenuidad, “Pues los ciudadanos de este mundo son más astutos con sus colegas que los ciudadanos de la luz” (Lc 16, 8) . Hacen trampas, roban, engañan… Son corruptos como el administrador astuto de la parábola. Por eso hay que ser cándidos como palomas, pero al mismo tiempo cautos como serpientes(Mt 10, 16).
Los profetas del AT denunciaron estas prácticas deshonestas, como lo hizo Jesús en el Nuevo. Amós ataca sin piedad la codicia humana y el afán de lucro: “Disminuís la medida, aumentáis el precio, usáis balanzas con trampa, compráis al pobre, al mísero por un par de sandalias” (Am 8, 5-6). ¡Qué contraste con esta visión de Juan en su Epístola 1, 3, 17!: “Si uno posee bienes del mundo y ve a su hermano necesitado y le cierra las entrañas y no se compadece de él, ¿cómo puede conservar el amor de Dios?”Los judíos conmemoraban sus festividades religiosas teniendo muy en cuenta las prescripciones legalmente fijadas, pero con escasa o nula repercusión en lo referente a la justicia con los pobres.
Jesús invita a conseguir la verdadera libertad sirviendo a Dios y no al dinero. La opera de Mozart, Idomeneo, rey de Creta, ha pasado a ser un canto a la tolerancia frente a la violencia y la injusticia en nuestros tiempos. El protagonista le da este políticamente sabio consejo a su hijo Idamante: “Si quieres aprender el arte de reinar, comienza por preocuparte de sostener al pobre”.
Hoy los que rigen los pueblos se aferran al sillón del poder y, como el administrador inicuo, no tienen reparo en sobornar a cualquiera que sea con dinero. Como él, la mayoría piensa que para cavar no tienen fuerzas, y pedir limosna les avergüenza. ¿Suenan tambores de nuestro Parlamento?
La generosidad es el hábito de dar o compartir con los demás sin esperar obtener nada a cambio. Hábito que quedó prostituido por el Derecho Romano, que entendía las ofrendas a los dioses como actos de carácter religioso con el propósito de recibir algo bueno a cambio o de no sufrir una desgracia. Las oraciones de petición, e incluso las de acción de gracias están llenas de este propósito. Aristóteles había dicho de ella: “De todas las variedades de virtud, la generosidad es la más estimada”. Y el Papa Francisco puntualiza que “Ser generoso es darse a los demás de manera desinteresada; es brindar lo que el otro necesita, no lo que os sobra”.
EXPOLIACIÓN
El hombre fue creado
desnudo de riquezas, cuenta el mito.
Expoliado de carnales amores
por vengadora espada de un arcángel
¿Qué me queda?
De celestiales joyas, poca cosa.
A Jesús le expoliaron de sus ropas
los verdugos.
Al Hombre le despojan
de todos sus derechos
los políticos.
A la Naturaleza la saquean
los ricos.
Y yo soy expoliado
por ricos, verdugos y políticos,
por ladrones de bienes celestiales,
sin que nadie salvaguarde mi hacienda.
¿Dónde estás Dios,
que miro, miro y miro y no te veo?
¿Es que de estar en todas partes
has pasado a no estar en parte alguna?
(SOLILOQUIOS. Ediciones Feadulta)
Vicente Martínez
Fuente: Fe Adulta
Comentarios recientes