Los jóvenes LGBT, los más proclives a sufrir bullying, violaciones y suicidios
Que se enteren las jerarquías homófobas a dónde conducen los discursos de odio…
Ser adolescente no es fácil. Si al mare mágnum de hormonas le añadimos que probablemente no te ajustas al prototipo de animadora o jugador de fútbol americano, las cosas se complican. Pero aun así, el grupo de jóvenes que más complicado tienen el paso de la niñez a la vida adulta son los pertenecientes al colectivo LGBT. Un estudio realizado por el Centro de control y prevención de enfermedades de Estados Unidos realizado a más de 15.000 estudiantes en edades comprendidas entre los 14 y los 17 años ha revelado que los jóvenes gais, lesbianas y bisexuales se enfrentan a un riesgo superior de sufrir acoso escolar o bullying, abusos sexuales y que sus índices de suicidio son mayores. Y la situación podría ser peor si al estudio se le añadiesen cuestiones de identidad de género. Los datos obtenidos son verdaderamente descorazonadores.
Cuando un adolescente es gay, lesbiana o bisexual tiene hasta 3 veces más posibilidades de ser violado y al menos un tercio de ellos han sufrido acoso escolar dentro de centros educativos. Además, es el doble de probable que sufra amenazas y violencia física. Aproximadamente, más del 40% de estos estudiantes han considerado seriamente el suicidio e incluso un 29% de ellos se ha autoinfligido daños en el año anterior.
El reporte además muestra que aproximadamente el 3,2% no están seguros de su identidad sexual y de los que aseguran sentirse atraídos únicamente por el sexo opuesto, el 25 % de ellos se considera heterosexual y el 13,6% no tiene muy claras sus preferencias. Además, existe un 2,8% de estudiantes que ha tenido algún tipo de interacción sexual con personas del sexo opuesto que se definen como gay o lesbiana.
Aproximadamente el 8% de la población estudiantil se identifica como gay, lesbiana o bisexual, un dato que aunque se ajusta al consabido 10% de la población estimada como LGBT, normalmente no solía exteriorizarse hasta épocas más tardías. Este hecho evidencia aun más la gravedad del problema y la necesidad de realizar acciones para atajar el problema.
Fuente: NY Times, vía AmbienteG
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