El colegio más histórico de Reikiavik se cubre de arcoíris
Del 8 al 13 de agosto se celebra el Reikiavik Pride. Un evento que cada año suma más público y que en la edición de 2016 se ha presentado con una colorida propuesta. Una iniciativa en la que han participado jóvenes y mayores y que ha terminado con el colegio más histórico de la isla portando los colores de la inclusión y la diversidad.
Inexplorado, atávico y volcánico… Islandia es uno de los paises más singulares del continente europeo. Una región de contrastes puesto que posee una de las legislaciones más avanzadas de toda Europa y a la vez presume de su espíritu vikingo y de un entorno natural y espectacular que mantiene casi intacto su entorno primitivo.
A lo largo de la última década hemos visto como se ha producido un despegue de los derechos LGTB. La población de esta singular isla (tan única que tiene a Bjork como principal musa, ahí es nada) ha querido abrazar las demandas de la comunidad para crear un espacio donde no hay lugar para los prejuicios.
Hace unos meses, la aerolínea islandesa WOW lanzaba el primer avión LGTB del planeta. La idea surgió de uno de los pilotos y Skuli Morgensen, principal figura de la compañía, dio luz verde a este proyecto con el que surcar los cielos a bordo de un avión que proclama la igualdad de derechos.
La celebración del Reikiavik Pride sigue siendo el mejor espejo en el que observar los avances de la sociedad islandesa y su relación con la comunidad LGTB. En la edición de este año, que se celebra del 8 al 13 de agosto, hay una iniciativa que ha llamado especialmente la atención por su colorido y por su carácter didáctico.
Gracias a un propuesta de la principal asociación LGTB del país, la escuela más histórica de la capital (cuya construcción se remonta al año 1053) ha presentado una alfombra arcoíris para saludar de la mejor manera posible al desfile del Reikiavik Pride.
Lo mejor de la propuesta es que ha conseguido una participación masiva. No sólo los activistas han participado sino que niños y mayores se han manchado las manos de los colores de la diversidad que han asumido como suyos.
Así se ha pronunciado Dagur B Eggertsson, alcalde de la ciudad, que ha apoyado el proyecto:
Es sorprendente algo tan cotidiano como los colores del arcoíris puede ser un símbolo de los derechos humanos y la libertad. Es especialmente hermoso que jóvenes y mayores se hayan unido para este proyecto. Quiero subrayar que Reikiavik para todos, donde todos los colores pueden florecer. Estoy muy orgulloso de ser alcalde de esta ciudad.”
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