El arzobispo de París aprovecha la misa en honor del sacerdote asesinado en Normandía para lanzar un mensaje homófobo
Polémica, incluso abierta indignación, ha causado una frase del cardenal y arzobispo de París, André Vingt-Trois, en la homilía pronunciada durante la misa funeral del sacerdote Jacques Hamel, asesinado el pasado martes por dos jóvenes islamistas en una parroquia de Saint-Étienne du Rouvray, en Normandía. Vingt-Trois aprovechó la conmoción provocada por la muerte de Hamel para criticar lo que llamó “silencio de las élites ante las desviaciones de la moral y la legalización de las desviaciones”, en inconfundible referencia a la legalización del matrimonio igualitario en Francia, de la que el cardenal Vingt-Trois fue uno de sus más claros opositores.
En el original francés, el cardenal condenó el silencio de las élites ante “les déviances des mœurs et légalisation des déviances”. Nosotros hemos traducido “mœurs” por “moral”, una de sus acepciones. Puede referirse también a los hábitos y costumbres, y más expresamente a los sexuales. Se traduzca como se traduzca, la frase resulta inconfundiblemente homófoba, sobre todo teniendo en cuenta el perfil de Vingt-Trois, cuya oposición frontal al matrimonio igualitario es bien conocida.
Lo desconcertante fue el momento elegido: la homilía de la misa funeral en honor de Hamel en la parisina catedral de Notre Dame. Una misa, al fin y al cabo, en recuerdo de un sacerdote asesinado en un acto que ha sido ya reivindicado por el autodenominado Estado Islámico, que precisamente ha hecho de la homofobia una de sus señas de identidad. Las imágenes de sus crueles asesinatos de hombres (algunos de ellos adolescentes) acusados de mantener relaciones homosexuales han dado la vuelta al mundo. Una misa, además, a la que acudieron los más altos dignatarios del Estado francés, como el presidente François Hollande, el primer ministro Manuel Valls y los expresidentes Nicolas Sarkozy y Valéry Giscard-d’Estaing, además de varios ministros.
Es por ello que la frase del arzobispo de París, que además llegó a aparecer en su perfil oficial de Twitter (junto con otras frases de la homilía) causaba estupor e indignación. Las primeras en responder a Vingt-Trois fueron las redes sociales, que se llenaron de comentarios indignados, como el del político socialista y adjunto a la alcaldía de París, Emmanuel Grégoire, que denunciaba en Twitter lo que consideraba un comentario “vergonzoso, indigno de su cargo y contrario” a todo lo que dice el papa Francisco. “Nueva salida de tono homófoba del cardenal durante el homenaje a las víctimas de Saint-Étienne du Rouvray”, tuiteaba por su parte el activista LGTB Yohann Roszéwitch, expresidente de SOS-Homophobie. “¿Se habrá dado cuenta de la violencia de sus palabras? Lejos del “¿quién soy yo para juzgar?”, se lamentaba Jean-Luc Romero, político socialista abiertamente gay y seropositivo. “Es efectivamente un tuit de una violencia inaudita. Coraje: la lucha contra la discriminación continúa”, le respondía, también en Twitter, la exministra Roselyne Bachelot, una de las pocas políticas destacadas de la antigua UMP (el que fuera partido de Sarkozy, ahora reconvertido a “Los Republicanos”) que se mostró a favor del matrimonio igualitario. Y así muchas otras personas, conocidas o no, que siguieron expresando su indignación en las redes a través del hashtag #JesuisDeviant (“Yo soy un desviado”).
El estupor llegaba incluso a círculos católicos progresistas. La publicación Témoignage Chrétien, por ejemplo, se llegaba a preguntar, en un artículo en el que abiertamente declara su “estupefacción”, si era realmente necesario incluir, en lo que hasta ese momento era una homilía “de altura incontestable”, una frase “bien inútil”. “¿Por qué abrir otro frente?”, se lamenta la publicación, de inspiración católica aunque expresa con frecuencia puntos de vista contrarios a los de la jerarquía.
El entorno del cardenal habla de una “mala interpretación” de sus palabras
La reacción ha sido tal, que la frase de la discordia que había llegado a ser publicada en el perfil de Twitter del cardenal Vingt-Trois (junto a otras partes de la homilía) ha sido ya retirada, lo que no impide que haya quedado inmortalizada en pantallazos captados por los internautas:
Por su parte, el entorno de Vingt-Trois, que ha preferido no dar explicaciones, ha insistido en que el cardenal asume totalmente sus palabras, pero que estas fueron malinterpretadas. Según ha declarado a La Croix Karine Dalle, su asistente encargada de la comunicación, fue ella misma la que eliminó el tuit en un “espíritu de apaciguamiento”. “Se trataba de una fórmula global y general, que no hacía referencia a una medida en particular. El cardenal tenía más bien en mente temas como la bioética, la gestación subrogada, la filiación, el principio y el fin de la vida…”, ha añadido Dalle, que ha negado que el término “desviación” hiciera referencia a la homosexualidad.
En definitiva, el mismo tipo de pseudodisculpa a la que ya estamos acostumbrados cuando un exabrupto homófobo por parte de una personalidad conocida (ya sea del ámbito político, religioso, social o deportivo) desencadena una inesperada reacción de protesta. Ya no cuela…
Fuente Dosmanzanas
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