Bolivia aprobó el cambio de género en su documentación oficial a transexuales pero queda mucho camino por recorrer
Bolivia da un avance en los derechos de la comunidad LGTB al aprobar una ley que permite a personas transexuales modificar su género en todos los documentos oficiales, lo que no significa que no les quede un largo camino por recorrer para terminar con la homofobia.
Tal y como defiende el activista Carlos Parra AKA Paris Galán, la más conocida drag queen boliviana y prominente defensora de los derechos de la comunidad LGTB, que además es asambleísta por La Paz, a pesar de que Bolivia todavía tiene que recorrer un largo camino hasta poner fin a la homofobia, el gobierno presidido por Evo Morales, da un paso adelante en favor de los derechos de las personas transexuales y aprueba una ley que permite a cualquier persona transexual la modificación de su género en sus documentos oficiales, independientemente de si han terminado o no su proceso de transición.
Impulsada por el partido de Evo Morales, Movimiento al Socialismo (MAS), la ley fue aprobada en mayo, uniéndose el país andino al limitadísimo grupo de países latinoamericanos de fuerte tradición católica que reconocen las necesidades de los ciudadanos transexuales, entre los que también se encuentran Colombia, Uruguay y Argentina.
«Se nos pidió mantener un perfil bajo para no hablar en los medios de comunicación mientras la ley estaba en el congreso. El MAS no quería que nadie lo supiera. Dijeron que era para evitar una oposición generalizada», declara Álvaro García Linera, vicepresidente del gobierno boliviano, explicando que la ley pone fin a la «hipocresía social» que ha llevado a muchos bolivianos a reconocer si quiera la existencia de una comunidad LGTB en su país, como si fueran un país exclusivo de machos alpha. Una contradicción que afecta igualmente al propio Evo Morales, quien se define orgullosamente a sí mismo como un «feminista que hace bromas machistas», y que se refería a la situación civil de su Ministra de Salud, Ariana Campero, todavía soltera, diciendo: ueda , o hablaba de su plan de jubilación declarando que volvería a la provincia de Chapare, donde nació, con una quinceañera.
En cualquier caso, no cabe duda de los avances en igualdad de derechos de las mujeres y la comunidad LGTB desde que Morales asumió el cargo hace ahora diez años. Y, co mo era predecible, la Iglesia Católica no ha tardado en manifestar su oposición a esta ley convocando marchas en Santa Cruz, motor económico de Bolivia de fuerte tradición conservadora. El teólogo Gary Rodríguez Antonio Álvarez iba un poco más lejos, advirtiendo de lo «altamente peligroso» que resulta el concepto de «odio» para referirse a los delitos contra personas homosexuales, bisexuales o transexuales.
«Por supuesto, puede ser difícil crecer siendo gay en Bolivia, pero hay lugares peores. En La Paz, nunca he experimentado nada serio, al menos desde que me di cuenta que era homosexual, a la edad de 4 años, explica Paris Galán, de 48 años de edad, que a pesar de la oposición, está convencida de que Bolivia es un faro de relativa luz en una zona cargada, no ya de homofobia, sino de violencia homofóbica. Un informe publicado en 2011 por la Alianza Internacional VIH/SIDA señala que de todos los asesinatos a transexuales que se producen en el mundo, el 80 % de ellos suceden en Latinoamérica.
Fuente Universogay
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