“El secuestro del envío”, por Dolores Aleixandre
Qué nos ha pasado para que, al leer el texto del envío de los discípulos, pensamos inmediatamente que eso a nosotros “no nos toca” y que es algo reservado para gente que tiene un obispo o un superior/a que los mande de acá para allá. Como en el fondo nos resulta más cómodo, lo aparcamos en una zona reservada al “clero y alrededores”, sin darnos cuenta de que esta actitud supone algo tan grave como negar nuestra condición de discípulos. Porque es esa la condición preciosa que recibimos en el Bautismo y que sigue latente en nosotros esperando la oportunidad de desplegar todas sus potencialidades.
Probemos lo contrario: leer de nuevo el texto como dirigido a nosotros, sentirnos aludidos por sus palabras y escuchar sobrecogidos la llamada apremiante a ponernos en camino. Si nos parece demasiado, vamos a quedarnos solamente con algunos de sus consejos sobre la estrategia de envío que diseña Jesús:
– Hay que ir “de dos en dos”: es decir, dispuestos a caminar con otros, a comportarse como cómplices y compañeros, a negociar metas y pactar itinerarios, convencidos de que al individualismo le ha caducado el código de barras. “Mirad cuánto se quieren” decían de los primeros cristianos; “mirad qué gente tan especial”, podrían decir hoy si nos ponemos a ello: se ayudan unos a otros, no saben de faenas, codazos ni pisotones, se sostienen y apoyan mutuamente.
– Hay que encajar lo de “ser pocos” y encima de no lamentar el disponer de muchos medios ni de muchas certezas: la pobreza y la minoridad no son obstáculos que impiden que la eficacia del Evangelio sino todo lo contrario, tanto que son condiciones puestas por Jesús. “La simplicidad de vuestra vida será mucho más poderosa que vuestros discursos”, sería una buena traducción hoy.
– En medio de un mundo que busca el éxito inmediato, nos toca ser hombres y mujeres con aire de tener una cita más lejos, poseedores de la extraña alegría de saber que nuestros nombres están “apuntados” en ese libro de Vida que es el corazón de Dios. O tatuados en la palma de sus manos, una imagen mucho más cool y que se reserva hoy a los tipos con éxito.
Dolores Aleixandre
Fuente Fe Adulta
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