Plegaria para la comunión.
Padre nuestro, te damos gracias una vez más por el don de la vida
y por la fe que nos inspira Jesús de Nazaret,
el hombre que más fielmente nos habla de ti
Jesús nos enseña a alabarte, a reconocerte en cada pequeña cosa, en lo más cotidiano como compartir nuestro tiempo, nuestro pan, nuestro techo.
Él nos recuerda que Tú, Abba, estás cerca, y que la confianza en ti es la llave de la puerta para entrar en la Vida. Sabemos que tu reinado ya ha comenzado a gestarse en nuestra historia humana y en nuestras vidas personal y comunitaria.
Nos reunimos para celebrar, para encontrarnos contigo, dejarte hacer en nuestras vidas ese proyecto, ese sueño con el que comenzó tu creación. Todos en todos, para todos, y con todos, en una Comunión sin fisuras que nos permite gozar la vida que tú nos regalas cada día. ¿Qué es la vida, Abba, sino este encuentro?
Es Jesús quien nos anuncia el camino de la Verdad, la vida plena y bienaventurada de quien es pobre, quien llora ante las injusticias, quien tiene un corazón de niño, humilde y pobre, confiado y limpio.
Jesús nos impulsa con su vida a servir como Él, a amarnos como Él nos ha amado, a cuidarnos unas personas a otras. Es con su Presencia entre nosotras como saltamos por encima de nuestro egoísmo y nuestra mediocridad para entregar la vida en el silencio, en lo oculto, en el anonimato de su corazón. Por eso traemos su cuerpo hecho Pan entregado, que nos fortalece y nos llena de vida abundante.
(Canto que invite a abrirnos a su Presencia)
Ante Ti Jesús se nos desprende el miedo que nos paraliza, que nos bloquea o aísla porque tú eres la Vida. Con tu entrega hasta el final refuerzas nuestra fe a veces vacilante en la vida más allá de la muerte. Ante ti lo oscuro se hace claro y la tormenta se vuelve calma y serenidad. Ante ti se desvelan las injusticias, esas que hacen daño a nuestros hermanos. Contigo buscamos los nuevos caminos que nos invitas a recorrer.
Desde esta comunidad que se ha reunido en tu Nombre, tenemos presentes a las personas sencillas que creen en Ti, esas que son tus favoritas. También a quienes se comprometen en tu servicio, a quienes se preocupan por animar las comunidades creyentes, al obispo de Roma.
Llevamos en el corazón a las personas perseguidas por creer en Ti, quienes sufren burla, tortura, o muerte.
A todos, haznos pacientes en la esperanza, para no desfallecer;
lúcidos en la fe, para evitar el fanatismo;
y bondadosos en la acción, porque sólo el amor nos salvará.
Y ahora te alabamos con un solo corazón diciendo:
POR CRISTO……
Fuente: Monasterio Monjas Trinitarias de Suesa
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