El arzobispo de Montreal prohibe a sus curas estar a solas con niños
En un nuevo decreto del arzobispo de la ciudad
Lepine busca “asegurar la seguridad e integridad de la gente a la que traemos el mensaje del Evangelio”
(Cameron Doody).- A los curas católicos de Montreal, Canadá, se les prohibirá estar a solas con niños, de acuerdo con una nueva política decretada por el arzobispo de la ciudad, Christian Lepine.
Según afirma Lepine en su decreto, la nueva medida pretende, en primer lugar, “asegurar la seguridad e integridad de la gente a la que traemos el mensaje del Evangelio y ofrecemos nuestra pastoral”. Además, se busca “preservar la integridad, seguridad y buena reputación del pueblo de Dios”.
En una carta que acompaña al decreto, Lepine afirma que la nueva política se ofrece en respuesta a la “realidad terrorífica” de los abusos a menores y otras personas vulnerables que se ha sacado a la luz en los últimos años y que “ha escandalizado y conmovido tanto a la Iglesia universal como a la población en general“.
Esta nueva norma en la archidiócesis de Montreal -que también será de efecto para los trabajadores laicos y voluntarios de la iglesia- entrará en efecto en septiembre en una decena de parroquias a lo largo de la ciudad y busca crear una “red de protección” en el ambiente eclesial, dijo el canon Francois Sarrazin a Canadian Press.
“Imagínate si está en una habitación y un niño le acusa de haberle pegado. ¿Cómo reaccionaría?”, preguntó Sarrazin a esta agencia de noticias. “Sea verdad o no, hace falta un testigo. No estar a solas con alguien vulnerable es simplemente ser prudente“.
Pero representantes de supervivientes de abusos cometidos por sacerdotes -como Carlo Tarini, citado en el periódico The Guardian– han afirmado que la nueva medida de Montreal es “demasiado poco, demasiado tarde” y algo con lo que la Iglesia busca protegerse de nuevas acciones legales.
Por su parte, David Clohessy, de la Red de Supervivientes de Abusos de Curas (SNAP) de los Estados Unidos, dijo en declaraciones al periódico británico que la nueva política es nada más que una medida “decorativa”. “Hemos visto centenares de políticas, procedimientos, protocolos y promesas de este tipo que suenan bien en teoría pero no son implementados, de verdad, casi nunca. Así que somos muy escépticos”, declaró Clohessy.
Pese a la desconfianza, bien fundada, de los defensores de víctimas, según otros expertos en esta materia -como Andrew Chesnut, profesor de estudios religiosos de la Universidad Virginia Commonwealth- el decreto de la archidiócesis de Montreal es algo no tiene precedentes en la Iglesia católica mundial, organización que, en los últimos años, ha pagado cientos de millones de dólares en compensación a los supervivientes de abusos. “A pesar de la tardanza con la que llega”, dijo Chesnut a The Guardian, “la política de Montreal debería implementarse universalmente, sobre todo por la protección de menores en las iglesias y organizaciones católicas”.
Fuente Religión Digital
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