El supuesto amante de Omar Mateen asegura que lo hizo por odio a la comunidad gay latina
Un individuo que asegura haber sido el amante de Omar Mateen sostiene que perpetró la matanza de Orlando como venganza a la comunidad gay latina.
Identificado sencillamente con el nombre supuesto de Miguel, oculto bajo una máscara prostática y con la voz alterada para ocultar su identidad y preservar su seguridad, un individuo de origen latino asegura haber sido amante del autor de la matanza en el club Pulse de Orlando y sostiene que el propósito de Omar Mateen era vengarse de la comunidad homosexual latinoamericana tras descubrir que había mantenido relaciones sexuales con un portorriqueño que era VIH positivo. Así lo ha explicado en una entrevista con María Elena Salinas en la cadena Univisión.
«Lo que me ha impulsado a querer decir la verdad es que no lo hizo por terrorismo. En mi opinión lo hizo por venganza», explica Miguel, quien habría tenido alrededor de 20 encuentros sexuales con Mateen a lo largo de dos meses. El propio Mateen le habría confesado que había mantenido un trío con otros dos hombres, descubriendo después que uno de ellos, de origen portorriqueño, era VIH positivo. A pesar de hacerse las pruebas del VIH, con resultado negativo, le parecía que no había pasado el suficiente tiempo como para estar seguro de no haber contraído los anticuerpos.
Miguel describe al que era su amante regular como una persona «dulce» y «adorable», a la que le «encantaban las caricias… le encantaba estar abrazado». Tras conocerse a través de una aplicación telefónica, mantuvieron su primera cita en el bar Parliament y se citaban regularmente en el Hotel Ambassadors de Orlando, donde solían practicar sexo oral. Trabajadores del hotel confirman que Mateen se habría hospedado allí hasta en 63 ocasiones en el último año.
Amigos con derecho a roce, pero poco más. El hecho de que se encontraran habitualmente les daba cierta intimidad, pero no la suficiente como para que Miguel supiera que Omar Mateen estaba casado con una mujer y tenía un hijo. Sólo lo supo tras intentar hacerse una fotografía con Mateen, quien se enfadó con él por siquiera intentarlo. Mateen también le confesó que su esposa sabía su condición sexual y consentía sus encuentros sexuales con hombres, admitiendo que su matrimonio no era más que una fachada.
A pesar de que para Mateen el Islam era una «religión en la que todo el mundo es bienvenido: gays, transexuales, bisexuales, heterosexuales, todos», Miguel considera que tenía problemas para admitir su propia sexualidad. Cliente habitual del club Pulse, está convencido que iba allí porque se sentía atraído por los latinos, pero que, por lo que le había contado, se sentía usado por ellos. «Odiaba a los gays portorriqueños por todo lo malo que le habían hecho (…). Pulse es el lugar donde se sintió usado, rechazado (…). Tenía mucha ira contra los portorriqueños», asegura Miguel, quien ya habría sido interrogado por el FBI antes de conceder esta entrevista a la cadena de noticias en español más grande los Estados Unidos.
Fuente Universogay
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