Del blog de Xabier Pikaza:
RD, con otros portales y periódicos cristianos, han dicho ayer que el Papa Francisco ha elevado la Memoria de María Magdalena, convirtiéndola en fiesta, que se celebrará todos los años el 22 de Julio.
No se trata de un ascenso en el escalafón de los santos, ni de un reconocimiento a la figura y acción de la mujer en la nueva iglesia cristiana (como algunos interpretan), sino de una simple recuperación de su historia, tal como aparece en el Nuevo Testamento.
Más de ocho postales he escrito y publicado sobre ella en los últimos años, pero con esta ocasión quiero recuperar y publicar de nuevo, una reflexión de conjunto sobre su figura. Ayer mismo, al presentar el Evangelio del domingo he comentado el texto de la Confesión de la Pecadora de Lucas (7, 36-50) que suele atribuirse a María Magdalena, con el espléndido libro de Pedro Lamet sobre el relato de su vida. Hoy recojo, en forma escolar, lo que se sabe de ella, ofreciendo el texto publicado en el Gran Diccionario de la Biblia.
María Magdalena ha sido y seguirá siendo una de las figuras más enigmática y ricas de la historia cristiana, que ha proyectado sobre ellas algunas de su filias, pero también alguna de sus fobias:
— Algunos la han visto como la pecadora convertida, una simple prostituta recuperada por Jesús… para ejemplo de sumisión y conversión de prostitutas, en el patio trasero de la sociedad y de la Iglesia.
— Otros la han presentado, y con más razón, como una de las creadoras de la iglesia cristiana, marginada luego por la jerarquía católica exclusiva de varones. Ella habría sido incluso obispo (y casi Papa), con su hermana Marta, en algún lugar de la Provenza.
— Algunos la han tomado y novelado (con pocas razones y menos buena literatura) como la amante de Jesús, y madre de su dinastia sagrada, que pervive aún en algún retoño franco-americano, y que puede convertirse en rectora de la nueva cristiandad liberadas al fin de trabas machistas.
— Tengo amigos la han visto que la han visto y la ven como creadora de una comunidad especial de mujeres-obispos, que sigue viviendo en Magdalia, de donde se extenderá por el mundo…
— Otros, en fin, han pensado que ella ha sido una gran mujer… y que debemos recuperar de varias formas su figura enigmática y creadora, en este comienzo del tercer milenio cristiano. Entre ellos parece estar al Papa Francisco, que ha mandado celebrar su fiesta. Buen día a todos, seguiré hablando de ella.
MARIA MAGDALENA
María Magdalena (→ Marta, mujeres, sepulcro, iglesia 1). Ha jugado un papel importante en el principio de la iglesia, como testigo primero y más significativo de la muerte y sepultura de Jesús y del descubrimiento de su tumba vacía, con otras dos mujeres, una de las cuales (María la de Santiago y José) puede ser la madre de Jesús (como sabe Jn 19, 25; cf. Mc 15, 40. 47; 16, 1-8), apareciendo unida a otras mujeres, como transmisora del mensaje pascual para los discípulos. Está firmemente anclada en la tradición de la muerte, sepultura y anuncio pascual de Jesús. No conocemos su familia, sino sólo su nombre, que la presenta como natural de Magdala, ciudad de la ribera del lago de Galilea, al sur de Cafarnaún, lo que supone que es una mujer independiente, que no está definida por los rasgos familiares (no aparece ni como hija, ni como esposa, ni como madre de otra parte).
(1) Sinópticos. Presentan a María entre las discípulas de Jesús, que le habían seguido y servido en Galilea, siguiéndole hasta Jerusalén, donde permanecen a su lado hasta la cruz, en contra de los discípulos varones (cf. Mc 15, 50-51; cf. Mt 27, 56.61; 28, 1). Ella aparece como testigo del → sepulcro vacío y debe trasmitir el anuncio de la → pascua (Mc 15, 47; 16, 1). El relato de la pasión y pascua de Lc 23-24 conserva las mismas tradiciones, pero añade una muy significativa, citando entre las mujeres que seguían a Jesús, de un modo especial, a «María Magdalena, de la que había echado siete demonios» (Lc 8, 2); de esa manera la convierte, al menos implícitamente en pecadora, es el sentido de «posesa».
Resulta difícil saber si estamos antes una tradición histórica o ante una interpretación del mismo Lucas, que ha querido poner de relieve el poder de sanción y de perdón de Jesús. El mismo evangelio de Lucas parece identificarla con la → pecadora que ha ungido los pies del Señor (cf. Lc 7, 36-49, cambiando totalmente el sentido de unción de Mc 14, 3-9 (la mujer de la unción ya no es profeta, sino pecadora perdonada).
Conforme a esta visión de Lucas, María Magdalena sería una prostituta convertida a la que Jesús acoge en su discipulado donde viene a realizar un papel importante en el momento crucial de la crucifixión y de la pascua. Más aún, por asociación lógica y «economía de nombres», algún lector podría suponer que esta pecadora María es la misma María hermana de → Marta de Lc 10, 38-42. El evangelio de Juan ha seguido ese camino insinuando (o haciendo posible) que la mujer de la unción (Jn 12, 1-8) pueda ser la misma María Magdalena, hermana de Lázaro y de Marta.
(2) El evangelio de Juan ha mantenido la tradición de la presencia de María Magdalena en la tumba vacío (Jn 20, 1), pero ha desarrollado de un modo ejemplar su experiencia pascual, presentándola como el primer testigo de la resurrección, en clave de amor. Ella ha estado ante la cruz de Jesús, aunque su papel queda eclipsado por la madre y el discípulo amado (Jn 19, 25-27) y después, en contra de la tradición sinóptica (cf. Mc 15, 47 par), ella no aparece como testigo de la sepultura (Jn 19, 38-42). Leer más…
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Fiesta, María Magdalena, Papa Francisco
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