Ofreciendo espacios seguros para decidir sobre nuestra salud
Stop Sida lleva 30 años trabajando desde y para la comunidad LGTB
La ONG Stop Sida lleva 30 años trabajando desde y para la comunidad LGTB. A través de sus actividades, trata de desterrar la estigmatización y reforzar los derechos de las personas con VIH: derecho al disfrute de nuestra sexualidad, derecho a la expresión emocional, derecho a la equidad, derecho a la atención integral y el derecho a una educación sexual.
Cada vez más, los mensajes para el cuidado de la salud sexual en la comunidad gay se basan en que las personas se hagan la prueba y en caso de dar positivo al VIH inicien lo antes posible su tratamiento. El objetivo sería, desde un enfoque biomédico, controlar la carga viral de los hombres gais y bisexuales con VIH, para que no transmitan el virus. Este enfoque sitúa el peso de la prevención en las personas con VIH, lo que refuerza la estigmatización.
Esta estrategia por sí sola no es suficiente, ya que muchas personas deciden no hacerse la prueba, o pueden no iniciar su tratamiento tras el diagnóstico. Se hace necesaria la combinación de varias estrategias.
En el momento de valorar esta opción muchos hombres pueden enfrentarse a diversas dificultades: el miedo a ser discriminados en el ámbito laboral, los prejuicios asociados a la transmisión del VIH, el miedo de comunicar el resultado a sus parejas, el miedo al rechazo de la familia, amigos, o de las parejas sexuales, el temor a ser señalados como enfermos de por vida o a ser culpabilizados por su infección, etc. Esto evidencia la situación de estigmatización y discriminación que sufren las personas con VIH. Y la necesidad de ampliar la visión y el tipo de intervenciones para la prevención.
Tres décadas de infatigable labor
En cuestiones de prevención a Stop Sida le avala su amplia experiencia. En sus tres décadas de labor, esta ONG ha destacado por su carácter pionero. De este modo, la asociación ha conseguido construir una realidad mejor para los colectivos que se encuentran en una situación de riesgo.
En la década de los ochenta se lanzaron los primeros talleres de sexo más seguro dirigidos a la comunidad gay (1988), se convirtieron en la punta de lanza en la lucha contra el VIH poniendo en marcha el servicio comunitario de la prueba del VIH (1995).
La asociación también se ha servido de las nuevas tecnologías para adaptarse a los cambios y a las nuevas necesidades de la sociedad. Así, en el año 2006 introdujeron en España los primeros programas de prevención del VIH/ITS a través de Internet y en 2015 se han encargado de llevar a cabo el servicio de atención a personas LGTB que consumen sustancias asociadas al sexo (Chemsex Support).
Una salud integral
Además del enfoque biomédico centrado en el control de la infección, existen otros como el bio-psico-social. Este último también puede utilizar estrategias biomédicas, entre otras, pero pone su acento en la salud integral de la persona, en los factores individuales y sociales que les pueden hacer más vulnerables y en garantizar sus Derechos Sexuales.
Así, la realización de la prueba, siguiendo con el ejemplo, no es un fin en sí mismo sino una oportunidad de ofrecer soporte y/o información de forma personalizada, en función de las necesidades de la persona. El objetivo en este caso es promover la autonomía de las personas a la hora de tomar decisiones que afecten al cuidado de su salud sexual.
Este es el enfoque que Stop Sida lleva 30 años trabajando desde y para la comunidad LGTB. No hay mensajes válidos para todas las personas, ni estrategias únicas que funcionen para todas.
La complejidad y diversidad de nuestra forma de relacionarnos, vincularnos y de vivir nuestra sexualidad, requiere de espacios seguros en los que poder expresarnos y recibir información de estrategias y opciones que se adapten mejor a los contextos y las necesidades de cada persona.
Defendiendo los derechos sexuales
A nivel individual, entre otras cosas, se hace necesario abordar los aspectos emocionales que pueden dificultar una vivencia satisfactoria de la sexualidad, como por ejemplo la vergüenza, la culpa y el miedo. O incluir las habilidades de comunicación para negociar el sexo que la persona quiere tener, o sus dificultades para mantenerse en su decisión.
A nivel social resulta fundamental luchar contra la desigualdad y la discriminación (por identidad u orientación sexual, por vivir con el VIH, por ejercer el trabajo sexual, por el origen o la cultura de referencia, por el color de la piel, etc).
Estamos convencidos/as de que la participación de la comunidad LGTB y de las personas que viven con el VIH, es fundamental para detectar nuestras necesidades en temas de salud y en dar una respuesta a estas necesidades.
Somos nosotros y nosotras quienes mejor entendemos los contextos y significados que envuelven nuestra sexualidad y su expresión, quienes participamos de esos espacios y códigos y quienes desarrollamos iniciativas que los tengan en cuenta. Por eso apostamos por el trabajo en red con otras organizaciones y administraciones, para sumar esfuerzos y dar respuestas conjuntas que respeten nuestros derechos sexuales.
Vídeo: Stop Sida “Hazte un video-sex”: Epicentro
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