“Si no lo remediamos, ocho de cada diez niños pobres hoy, serán personas pobres en el futuro”
(Jesús Bastante).- Tener hijos, hoy, en España, “es uno de los factores más importantes de riesgo de pobreza”. Una pobreza que “se hereda” y que se prolonga porque no se invierte en familia e infancia. Esta es una de las principales conclusiones del estudio “La transmisión intergeneracional de la pobreza”, que hoy ha presentado la Fundación Foessa, vinculada a Cáritas.
“Tener menores a cargo es un riesgo de pobreza, y mientras las polítcas públicas se están olvidando de las familias“, denunció el secretario general de Cáritas, Sebastián Mora, durante la presentación del informe. Mora denunció el actual “modelo social que no trata bien a los más débiles ni logra un mínimo de justicia para los que no la tienen”.
“La pobreza se puede heredar, y de hecho se hereda”, subrayó Mora, que apuntó que ocho de cada diez personas que nacieron y se criaron pobres, están padeciendo pobreza en la actualidad. “Si no lo remediamos, ocho de cada diez niños pobres hoy, serán personas pobres en el futuro“, denunció. “Podemos y debemos revertir la situación, incidió, señalando que “la pobreza de los niños condiciona la pobreza en el futuro de los adultos. Pero podemos cambiarlo, y para ello necesitamos reproducir la solidaridad, no la pobreza”.
En España y a la vista de los datos manejados en la investigación de FOESSA, tenemos una estructura social que permite que las realidades de pobreza sean algo que se pueden heredar y que, de hecho, se heredan. “La crisis no ha sido igual para todos, ni tenemos las mismas oportunidades, pero también los datos nos indican que es posible construir situaciones para la igualdad”.
Los datos del informe son tumbativos: 8 de cada 10 personas cuyos padres no alcanzaron la primaria no han conseguido completar los estudios secundarios; 4 de cada 10 adultos (41%) que vivió su adolescencia con problemas económicos muy frecuentes, no consiguió alcanzar la educación secundaria. Esta situación sólo afecta al 8% de los que nunca tuvieron dificultades económicas.
El 81% de las personas que tuvieron dificultades, las volvían a tener en ese momento, frente al 45% de los que no las tuvieron, lo que muestra, según el estudio, que “la tendencia a heredar la situación económica se hace más intensa en los momentos de mayor inestabilidad económica”. “La pobreza presente genera pobreza futura”, señala el estudio de Foessa.
De manera concreta, la tasa de pobreza en los hogares sin menores es del 16%, mientras que asciende al 28% en los hogares en los que hay menores, al 42% en el caso de familias monoparentales con hijos y al 44% cuando las familias tienen tres o más menores.
Como explica Raúl Flores, coordinador de la investigación, “la brecha en la tasa de pobreza entre los hogares sin menores y con menores es en España tres veces superior a la UE27“. La pobreza infantil relativa en España es 1,5 veces mayor que en la UE (30% frente al 21%), mientras que la pobreza severa duplica la tasa (16% frente al 8%).
Y aunque la pobreza y la exclusión de las familias con menores son previas a la crisis económica, estas se han hecho más extensas y más intensas en los últimos años.
El estudio también denuncia cómo, comparado con la media de la UE, España invierte muy poco en familia e infancia. La parte del PIB que España destina a la infancia y la familia es el 1,3%, frente al 2,2% de media de la UE27. El gasto en infancia y familia representa el 5,3% del total de gasto en protección social, mientras que en la UE27 el gasto en infancia y familia supone el 7,5%.
“Estamos ante un modelo que genera la transmisión intergeneracional de la pobreza”, subrayó el autor del informe, quien también apuntó varias propuestas para revertir esta situación. Entre ellas, la inversión en educación, la atención psicoeducativa, la garantización e un sistema de salud universal y gratuito; promover “la inversión en políticas sociales y políticas redistributivas”, políticas de vivienda y urbanismo que surper las situaciones de exclusión, el apoyo directo a las familias en su labor parental, y una “acción coordinada de cada uno de los servicios y prestaciones proporcionadas por los distintos organismos públicos a las familias, que asegure la calidad de la intervención y también su eficiencia, sin duplicar esfuerzos y acciones”.
Sebastián Mora comenzó su intervención haciendo “una denuncia clara, rotunda y consistente sobre la situación que están viviendo miles de hermanos y hermanas nuestras en diversas fronteras del mundo y, especialmente, en las europeas”. “Europa, y España como miembro de la Unión -afirmó– están fracasando rotundamente en la gestión de esta crisis humanitaria. La Unión se está retratando como un espacio vacío de densidad ética y altura política. Más que una crisis de refugiados estamos visualizando una profunda crisis de solidaridad que ha perdido su papel rector en la vida pública”.
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