“Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado”. Domingo 10 de abril de 2016. 3er Domingo de Pascua
Hechos de los apóstoles 5, 27b-32. 40b-41: Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo.
Salmo responsorial: 29: Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.
Apocalipsis 5, 11-14: Digno es el Cordero degollado de recibir el poder y la riqueza.
Juan 21, 1-19: Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado
En el pasaje de Hechos, los apóstoles son llamados a rendir indagatoria ante el Sanedrín, o Junta Suprema de los judíos. Conviene reflexionar sobre lo que implica concretamente la fe en la resurrección de Jesús; esto es, el testimonio de que él continúa vivo y actuando no ya físicamente, sino a través de la comunidad que ha asumido con el coraje y la valentía de su Maestro el proyecto del Reino. La Resurrección carece de pruebas históricas, y el creyente no las necesita. La prueba más segura y contundente nos la da, precisamente, la comunidad misma de creyentes que se fue formando alrededor de la fe en la Resurrección y que da testimonio de ella a través de una experiencia vital que ha evolucionado desde una total ignorancia e incapacidad para comprender a Jesús, hasta un cambio tan radical que ya nadie teme dar testimonio de que Jesús está vivo y que su proyecto sigue adelante. Con una valentía increíble, aquellos que habían huido abandonando al Maestro en su prendimiento, recalcan ahora que seguirán predicando porque “hay que obedecer a Dios antes que a los humanos”. Esta situación se repetirá innumerables veces en la historia de la Iglesia, cuando la autenticidad del mensaje entre en conflicto con los intereses que se le oponen.
En el evangelio Jesús se presenta a los apóstoles junto al lago Tiberíades, en medio de la vida ordinaria a la que ellos estaban acostumbrados. Habían dejado de ser los pescadores de personas a que los había llamado Jesús, y tras el supuesto fracaso del Maestro habían vuelto a su oficio de siempre. Allí se les presenta Jesús y aprovecha lo que les es familiar. Y allí Dios les manifiesta su poder y su gloria, a través del símbolo de la pesca y de la comida.
El Resucitado los invita a tirar la red, que recogerá una pesca milagrosa; una red que es símbolo de la Iglesia y de la pesca multitudinaria que harían los seguidores de Jesús después de este encuentro, cuando vuelvan a tomar el rumbo que habían perdido.
El discípulo a quien el Señor más amaba le reconoce en el milagro de la abundancia de peces, y Pedro se siente nada delante de aquel que le encomendó una tarea especifica que dejó de cumplir.
El capítulo 21 del cuarto evangelio fue agregado posteriormente. Es claro que Jn 20,30-31 era la conclusión original. Y es interesante que el capítulo 21 esté centrado en la figura de Pedro. En todo el evangelio los grandes protagonistas habían sido “el discípulo amado”, los discípulos en general y especialmente las discípulas, y entre ellas la madre de Jesús y María Magdalena. La figura de Pedro tiene relieve secundario; más aun, aparece siempre contrapuesta y subordinada a la del “discípulo amado”. Para Juan lo más importante es ser discípulo/discípula. Ahora, en el capítulo 21, se afirma a Pedro como pastor a partir de la inquietante pregunta triple de Jesús resucitado: “Simón, ¿me amas?… Apacienta mis ovejas”. Pedro es reconocido como pastor porque ahora cumple la condición de buen discípulo. Durante la Pasión negó tres veces ser discípulo de Jesús. Ahora el Señor le pide una triple confesión de su sincero amor como discípulo.
Antes que jerárquica, la Iglesia es una comunidad de discípulos. En la tradición de los evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas) es una iglesia fundada y dirigida por los 12 apóstoles, llamados también comúnmente los 12 discípulos. El capítulo 21 de Juan expresa la armonización de la dos tradiciones: Pedro es reconocido como pastor, pero bajo la condición de que acepte su definición fundamental como discípulo. Una vez reconocido como pastor, Jesús le anuncia la clase de muerte con la que glorificaría a Dios: su crucifixión en Roma. Después el Señor le reiterará su consigna favorita: “sígueme”, es decir, lo urge formalmente a ser su discípulo.
El evangelio de hoy está recogido en la serie «Un tal Jesús» de los hermanos López Vigil, en el capítulo 129. El guión, el audio, y un comentario bíblico-teológico puede ser encontrado y recogido en el portal: http://www.radialistas.net/category/un-tal-jesus/ También ahí puede recogerse el libro completo (en pdf) con todos los guiones y comentarios de los 144 episodios.
La serie «Otro Dios es posible», de los mismos autores, tiene un capítulo, el 31, que se titula «¿Dios hace milagros?», que puede ser útil para suscitar un diálogo-debate sobre el tema. Su guión y su audio puede recogerse en http://www.radialistas.net/category/otro-dios-es-posible/ Hay varios otros varios guiones con temas relacionados, que se prestan a un debate-catequesis.
Para la revisión de vida
Obedecer a Dios antes que a los humanos… Quizá yo no esté en situación de conflicto con la autoridad, pero puede haber muchas pequeñas o grandes cosas en mi vida en las que obedezco más a leyes, preceptos, presiones, costumbres, influjos… humanos, que a lo que siento que Dios me pide. Debo examinarlo.
La lectura del apocalipsis habla de la alabanza cósmica, de todas las creaturas, hacia el Dios creador… ¿Vivo mi fe en sintonía de amor y armonía con todas las fuerzas de la creación?
Para la reunión de grupo
– El conflicto que vivió frente a las autoridades judías la primera comunidad cristiana es muy elocuente y merece un análisis: ¿por qué eran perseguidos?, ¿por simple “odio religioso”?, ¿por la misma causa por la que Jesús fue ejecutado?, ¿por la misma opción de Jesús por los pobres que ella prolongaba?…
– Después de la ejecución de Jesús, ¿por qué la predicación de su resurrección resultaba subversiva?
– Si hoy volviera Jesús y predicara lo que predicó, ¿encontraría la aprobación o el rechazo por parte del sistema socio-económico-político dominante en nuestra sociedad?
– Y hoy día: ¿los cristianos son perseguidos o apoyados por los poderosos?
Puede ser provechoso hacerse otra pregunta: ¿elegirían ustedes ese recorte concreto del Apocalipsis para segunda lectura de la liturgia dominical? ¿Creen que un texto tan corto y con esas imágenes tan concretas ayuda a la persona común de hoy en su espiritualidad, o remacha más bien la idea de lo religioso como algo exótico, arcaico, fantástico…? Esas metáforas del Apocalipsis, ¿ayudan hoy, o perjudican?
Para la oración de los fieles
– Por los cristianos que son perseguidos por causa de su fe, para que permanezcan fieles a ella a pesar de las dificultades, roguemos al Señor…
– Por los cristianos que son perseguidos por las consecuencias de su fe, a saber: su compromiso con la justicia, su opción por los pobres, su denuncia valiente de los pecados sociales…; para que se mantengan firmes en esa opción de obedecer a Dios antes que a los humanos…
– Por los cristianos que son bien mirados y alabados por los que tienen poder en este mundo; para que comparen su situación con la de Jesús y obren en consecuencia…
– Por nuestras asambleas eucarísticas dominicales, para que sean siempre un encuentro privilegiado con Jesús resucitado…
– Para que vivamos en nuestra vida la armonía con toda la creación, haciéndonos portadores de la alabanza divina que todas las criaturas proclaman…
Oración comunitaria
– Reunidos en la celebración eucarística dominical te pedimos, Señor, que, por la fe, sintamos siempre en medio de la comunidad la presencia de Jesús resucitado, que parte para nosotros el pan y el vino y nos explica las Escrituras para fortalecer nuestras vidas y renovar nuestra alegría. Por J.N.S.
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