«Ser homosexual aquí implica exponerte a toda suerte de discriminación. Ser gay, lesbiana, trans o bisexual en nuestro país es un acto de valentía», explica Ventura, reconocido activista por los derechos de la comunidad LGTB, que aspira a conseguir plaza en el Parlamento por el municipio de Santo Domingo Oeste, mientras que Telemin, activista igualmente ligado al movimiento de los derechos civiles y presidente del Voluntariado GLBT Dominicano, se postula para regidor por la localidad de La Romana, estando amenazado de muerte sólo por ser homosexual. «Las personas LGTB no tenemos derecho a la salud, educación, empleo, justicia y otros derechos fundamentales», afirman los activistas, culpables de que la discriminación por la identidad de género y la orientación sexual hayan entrado en la campaña política dominicana.
Deivis Ventura Facebook – Foto: Uso permitido

«Una golondrina no hace verano, pero lo comienza. Si la golondrina se atreve a volar por rutas nuevas otras se unen a ella. No estoy solo en esto, miles de dominicanos y dominicanas comparten este proyecto y con ellos y ellas haremos el verano, no me cabe la menor duda», proclama Ventura en el momento de inscribir su candidatura en la casilla 15 del PRM. Maestro de profesión y cristiano de condición religiosa, el debate social muestra que el inmovilismo está perdiendo la batalla, calificando la proposición de los evangélicos de «medieval y cargada de odio (…). Creo que los países avanzan por encima de los grupos que quieren mantener sus intereses a salvo por medio de sujetar las agujas del reloj marcando la misma hora; el tiempo sigue su curso a pesar de que las manecillas se detengan».

La República Dominicana está preparada, según él, para asumir esta evolución y por ello propone en su programa dos leyes, una contra la discriminación y sobre la identidad de género, a la nueva cámara que salga de las urnas. Las encuestas todavía no muestran las posibilidades de los candidatos, que se muestran muy optimistas y satisfechos al menos con haber despertado el interés de este debate en la campaña electoral.

Diferentes miembros de la comunidad LGTB han ido incorporándose a la actividad política latinoamericana reciente, desde Luisa Revilla, primera regidora transgénero de Perú en el distrito trujillano de la Esperanza, hasta el concejal y activista chileno Jaime Parada, pasando por la senadora colombiana Claudia López o la. El colectivo también ha conseguido proporcionar una visibilidad impensable hace tan sólo diez años accediendo a la vida política de países como Brasil, Cuba, México, Ecuador, Guatemala o Venezuela.

La oposición a sus candidaturas no ha tardado en manifestarse en diferentes maneras. Por un lado, la iglesia evangélica ha pedido a sus feligreses que eviten votar por los candidatos que apoyen a la comunidad homosexual, para lo que amenazan con leer en todos los recintos religiosos la lista de los candidatos a diputados, senadores, alcaldes y presidentes «proaborto, progay y en contra de la soberanía», para que puedan identificarlos y evitar darles su voto. Por otro lado, la Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) emitía un duro comunicado contra el embajador estadounidense en su país, James W. Brewster, activista homosexual que, desde su llegada la isla, en 2013, ha defendido la causa LGTB con gran polémica en el país, pero respaldado siempre por el gobierno de los Estados Unidos.

Yimbert telemin Facebook – Foto: Uso permitido

El candidato del PRD respondía a estas iniciativas con un contundente alegato: «los evangélicos deberían recordar, ya que también ellos tienen a Jesús como referencia, quizás hasta más que los católicos, ya que escriben su nombre en todas partes hasta en la trasera de los camiones, que ese Jesús era el amigo de todos los diferentes y perseguidos, el que bendecía el amor que fuera tal sin distinciones de género y que no negaba su bendición a nadie.

Su única ley era el “amaros”; su única constitución, la indulgencia y su credo el perdón. Su mayor adversario fue el poder de su tiempo que lo crucificó porque no soportaba que bendijera a los que la sociedad segregaba abandonándoles en las cunetas del olvido.

Hoy, Jesús, estaría al lado y contra cualquier discriminación de género. Que no lo olviden los creyentes, ni los que pelean estos días por tomar en su mano del centro del poder. Y más si esos candidatos ya se han paseado por templos y catedrales arrodillándose para ser bendecidos en la esperanza de no perder o de ganar votos.

Ese Jesús, venerado en iglesias y templos, acuñó una frase terrible contra los hipócritas de turno, que sigue resonando como actual, dos mil años después. Los llamó “lobos vestidos con piel de oveja”».

Fuente Universo Gay