La Guardia Civil presiona a la agente lesbiana que intentó suicidarse para que declare por lo sucedido
Tras intentar quitarse la vida pegándose un tiro en el pecho, fruto del acoso homófobo que estaba sufriendo, Vanesa Fraga tiene la prohibición expresa de los médicos de tener cualquier tipo de comunicación con la Guardia Civil.
La guardia civil Vanesa Fraga, que ya en diciembre intentó suicidarse tras denunciar el acoso que estaba sufriendo por ser lesbiana, está siendo ahora presionada por altos mandos de la Guardia Civil para que declare por lo sucedido. La agente salió hace apenas diez días del Hospital Militar El Naval, en Ferrol, donde estuvo ingresada 18 días debido a “un cuadro de angustia y ansiedad muy fuerte” derivado de la tensión de ver cómo sus superiores forzaron que se le retirara una condecoración con la que había sido premiada por su colaboración en un accidente de rally.
Según el diario Público, el mismo día que Fraga salía del hospital, sus padres recibían una citación para que tanto ellos como la guardia civil y su mujer acudan a declarar por lo sucedido. “Me pregunto si quieren acabar con una familia y con una chica que ha dedicado su vida a una institución que la está llevando poco a poco al declive“, se lamentaba la esposa de Vanesa. La Guardia Civil no ha querido declarar nada al respecto.
La familia de Vanesa Fraga ha denunciado públicamente que la Guardia Civil la ha citado para ser interrogada pese a que tienen conocimiento de que los médicos le han prohibido expresamente mantener ningún tipo de relación con el Cuerpo. De hecho, Fraga y su esposa han tenido que mudarse para cumplir con esta restricción facultativa. “Se lo están saltando todo a la torera —acusa su familia—. Los médicos redactaron un informe que incluía que no estaba preparada para declarar ni para hacer nada. Cada dos por tres llaman a sus padres por teléfono, a su mujer, a ella… No están respetando absolutamente nada”.
Fuente Agencias/Cáscara Amarga
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