La ciudadanía italiana no se conforma con una exigua Unión Civil
Después de que la aprobación en el Senado de una Unión Civil bajo mínimos haya dejado un sabor agrio entre la comunidad LGTB italiana, las principales asociaciones han organizado una nueva manifestación hoy 5 de marzo para reclamar una herramienta legislativa que pueda garantizar la igualdad y la dignidad de todas las familias
Ya lo avisaba Cervantes: ”Tienes que desconfiar del caballo por detrás de él; del toro, cuando estés de frente; y de los curas, por todos lados”… Y quinientos años después, la actitud de la Iglesia Católica sigue mostrando sus garras, su poder y su influencia, como ha sucedido en la conformación de la Unión Civil que ha respaldado el senado italiano.
De la propuesta inicial de la la senadora Monica Cirinnà apenas han quedado las migajas. Y lo que es peor, la sensación de que la política ha terminado doblengándose ante el omnipresente poder que ejerce el Vaticano en el país transalpino.
Después de la masiva movilización del pasado 23 de enero, las asociaciones han decidido volver a mostar la fuerza de su voz y sus ideas el próximo 5 de marzo. A partir de las 15:30 de la tarde, en la Piazza Del Popolo de Roma, la Italia laica y progresista reclamará una ley de unión civil que no condene a un determinado tipo de parejas a una desprotección jurídica y a ser consideradas como parejas de segunda clase.
Y es que las asociaciones lo tienen claro. En este caso, y ante los recortes que han dejado irreconocible la ley planteada por Monica Cirinnà, desde los colectivos indican que la cuestión de la unión civil no debe plantearse en terminos de benevolencia del gobierno italiano, sino como el trabajo de toda una comunidad para hacer valer sus derechos, no para pedir concesiones.
Ante la falta de respuestas, las asociaciones se sienten obligadas a plantear una perspectiva más amplia, en la que confluyan las instituciones, la sociedad civil y los órganos políticos, para ofrecer la visión de un futuro en el que nada ni nadie puede detener los cambios.
Así lo resumen las propias asociaciones en el manifiesto (aquí puedes leerlo al completo) que han publicado:
Es el momento de levantar la voz. El 5 de marzo elevaremos la voz por muchas personas y parejas que están esperando planificar su futuro con confianza y alegría. El 5 de marzo también levantarán su voz muchos heterosexuales que sueñan con vivir en un país más justo. Se eleva la voz de la Italia que ama los derechos. Una Italia secular, civil, libre e igualitaria. Pero, por encima de todo, el 5 de marzo vamos a elevar nuestra voz por aquellos que todavía no la tienen: todos esos miles de hijas e hijos que tienen el derecho a vivir una vida pacífica con sus dos madres y sus dos padres. Eso es suficiente. Saldremos a la calle con la única cosa que realmente queremos: la igualdad.’‘
El anuncio de esta próxima movilización llega al mismo tiempo que la decisión de un tribunal de Roma de permitir a una pareja de lesbianas la adopción de sus respectivas hijas biológicas.
Tal y como ha recogido la prensa local, la mujeres se desplazaron a Dinamarca para poder solicitar un tratamiento de inseminación artificial -un derecho que sólo es contemplado en Italia para las parejas en matrimonio- y ante la imposibilidad de registrar a sus hijas como fruto de su relación han recurrido a la vía judicial que hoy las ampara.
El fallo del juzgado contraviene así el texto del proyecto de ley de Unión Civil que será debatido en el Parlamento en un plazo de dos meses. Un avance que a pesar de no contemplar a las menores hermanas, las niñas podrán compartir los apellidos de sus madres.
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