Una pastelería se niega a hacer una tarta para una boda gay
Una boda sin tarta debe ser como un día sin pan, al menos así deben sentirlo Ben Valencia y Luis Marmolejo, una pareja igualitaria estadounidense con la pretensión de ratificar su relación sentimental a través de una boda. Tras cotejar diferentes opciones, deciden encargar su tarta de matrimonio en Kern’s Bake Shop, una pastelería de Longview, en Texas, famosa por sus pastelitos y galletas de azúcar, así como por sus tartas de boda a la medida del consumidor. El problema es que no las hacen para cualquier consumidor. Edie y David Delorme forman un matrimonio no igualitario, cristianos devotos y propietarios de ese pequeño y dulce negocio, que dirigen siguiendo escrupulosamente sus creencias religiosas. Motivo por el que no dudaron en rechazar el encargo de la pareja gay, alegando que no proporcionan «tartas para bodas homosexuales». Lo que quizás los Delorme no esperaban es que una pareja de sodomitas les denunciara públicamente en la prensa local por discriminación.
«No fue nada personal contra los dos jóvenes. Simplemente queremos llevar nuestro negocio honrando a Dios», se defiende Edie, quien intentó proporcionar a la pareja una lista de pastelerías con las que podrían cubrir sus necesidades. Una lista que Ben y Luis no aceptaron, denunciando sentirse «deshumanizados». La pareja no entiende que hacer una tarta de bodas pueda comprometer las creencias religiosas de nadie.
Lo que ahora los pobres Delormes no entienden es el rechazo que han generado con su negativa, puesto que, según ellos, tienen una larga tradición de rechazo. Rechazan hacer tartas relacionadas con el tabaco y con el alcohol, y tampoco las hacen decoradas con elementos subidos de tono, incluso no harían una tarta para su sobrino que es abiertamente gay. «Sentimos que si vamos a poner nuestro nombre en algo, queremos que transmita valores cristianos», afirma Edie, mientras que su marido tiene problemas para entender que les señalen como homofóbicos simplemente porque quieren seguir la palabra de Dios, defendiéndose diciendo que «los homosexuales tienen derecho a vivir sus vidas… Pero nosotros queremos vivir y practicar nuestra fe y llevar nuestra pastelería honrando a Dios».
Como consecuencia de la contundente respuesta del colectivo LGTB contra la pareja y su negocio —quienes les han citado a verles en el infierno, tildándoles de homófobos y criminales racistas—, los Delormes han solicitado asesoramiento legal, acudiendo a uno de los principales bufetes de abogados que luchan por la libertad religiosa en los Estados Unidos. Se trata de un grupo ultracatólico que ha construido un relato sobre la persecución religiosa de la «maléfica comunidad gay» defendiendo que sus clientes tienen derecho a llevar su negocio de acuerdo a su fe planteando que «¿no deberían los cristianos estadounidenses tener los mismos derechos y privilegios que el colectivo LGTB?».
No hace falta ser religioso para contestar la pregunta, claramente si. Se pueden condenar algunos comentarios desafortunados, pero claramente no se han planteado cuál sería la respuesta si estuviera realizada en sentido inverso. Porque no parece haber antecedentes de que ningún cristiano haya denunciado jamás que se hayan negado a atenderle o le hayan expulsado de un local de ambiente en función de sus creencias religiosas, a no ser que nos remontemos a los tiempos de los romanos.
Another Anti-Gay Baker Refuses to Make Wedding Cake for Same-Sex Couple https://t.co/alUaehlrTp pic.twitter.com/Mno5BlVUzO
— Los Angeles LGBT Ctr (@LALGBTCenter) 29 de febrero de 2016
Fuente Universogay
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