“Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto”
KÉNOSIS
Entra en picado
por aquella kenosis
que el Verbo aventuró
desnudamente,
de abismo en abismo,
hasta el foso fecundo de la muerte.
*
Pedro Casaldáliga
El Tiempo y la Espera, Sal Terrae, 1986
***
Así dice el Señor:
“Tú eres mi Hijo, el amado, el predilecto”
.
“Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, a quien prefiero.
Sobre él he puesto mi espíritu, para que traiga el derecho a las naciones.
No gritará, no clamará, no voceará por las calles.
La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará.
Promoverá fielmente el derecho, no vacilará ni se quebrará, hasta implantar el derecho en la tierra, y sus leyes que esperan las islas.
Yo, el Señor, te he llamado con justicia, te he cogido de la mano, te he formado, y te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones.
Para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión, y de la mazmorra a los que habitan las tinieblas.”
*
(Isaías 42, 1-4. 6-7)
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